07 Julio de 2022 10:04
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este jueves su renuncia después de que varios miembros del Ejecutivo dejaran sus puestos por varios escándalos éticos, lo que hizo evidente que ya no tenía el apoyo de su Partido Conservador.
En su declaración, Johnson dijo que dejaba el liderazgo conservador pero que seguirá como primer ministro interino hasta que el partido elija a un sucesor, pese a que varios diputados oficialistas dijeron que debía irse lo más pronto posible para evitar una parálisis política.
De igual modo, dijo que nombró hoy a varios ministros para reemplazar a otros que renunciaron descontentos con su gestión de los escándalos.
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"El proceso de elección de un nuevo líder debería comenzar ya, y el cronograma será anunciado la semana próxima. Y nombré a un gabinete para gobernar, como lo haré yo, hasta que haya un nuevo líder", sostuvo.La situación se volvió intolerable durante las últimas 48 horas, cuando dejaron sus lugares unos 60 miembros de su ejecutivo, incluyendo a 60 ministros. Luego de eso, decidió dar un paso al costado luego de que uno de sus aliados más cercanos dentro del partido, el ministro de Finanzas, Nadhim Zahawi, le pidiera públicamente renunciar por el bien del país.
"Primer Ministro: esto no es sostenible y se hará peor, para usted, para el Partido Conservador y, más importante, para todo el país. Debe hacer lo correcto e irse ahora", le dijo.
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Johnson, de 58 años, estuvo en el cargo casi tres años pese a acusaciones de cercanía a donantes del partido, a que protegía a funcionarios de su entorno denunciados por malos tratos o corrupción, de que engañó al Parlamento y a la ciudadanía sobre fiestas celebradas en su residencia oficial durante el confinamiento por coronavirus, y otras escandalosas situaciones más.De hecho, recientemente se supo que Johnson estaba al tanto de acusaciones de acoso sexual contra un diputado conservador, Chris Pincher, antes de que lo promoviera dentro de la jerarquía del partido.
Vale recordar también que el primer ministro sobrevivió a principios de junio a un voto de censura de sus propios diputados, lanzado en un intento de bajarlo del poder. Apoyado por 211 de sus 359 legisladores, salvó el puesto, pero los 148 votos en su contra dejaron en evidencia que el descontento no dejaba de crecer.