14 Diciembre de 2020 10:37
Tal vez, en los Países Bajos, haya algún motivo para recordar al señor Fred De Graaf. Tal vez haya sido un gran alcalde de la ciudad de Amstelveen: francamente, no lo sabemos. Pero fuera de Amstelveen, desde el fatídico 30 de abril de 2014, el mundo lo recordará como "el hombre que le tocó el culo a la reina Máxima en un acto público". Las imágenes son categóricas, aunque él intentó excusarse diciendo que era un problema de perspectiva. Tal vez haya sido un problema de perspectiva... de género, o mejor dicho, de falta de ella. Tal vez haya sido un accidente: la mano se deslizó desde la cintura hacia las nalgas de la reina, o hubo un error de cálculo, y él no sabía cómo sacarla sin agrandar el papelón. El hecho es que duró seis segundos, seis segundos que parecieron interminables, Y las imágenes, claro está, recorrieron el mundo. Máxima, por supuesto, no hizo declaraciones al respecto. ¿Qué podía decir, de todos modos?
Para colmo, uno de los asistentes grita, evidentemente desconcertado, "He is grabbing her butt!" ("¡Le está tocando el culo!"), y su voz queda inmortalizada en el video, amplificando el papelón para siempre.
Todo sucedió durante la celebración del "Día del Rey", en el día del cumpleaños 47 de Guillermo Alejandro. Por entonces, la reina tenía 42 años. "No me acuerdo, y de ninguna manera lo hubiera hecho de forma consciente. Sé muy bien que eso no está bien", dijo el alcalde luego. Mmm... El alcalde dijo también que la perspectiva de la cámara no permitía ver con claridad la distancia existente entre su mano y el culo de Máxima: "Pudo haber habido una distancia de un centímetro entre nosotros", dijo. ¡No aclares que oscurece, Fred!
"¡Imagen apestosa!": la filosa reacción de Máxima ante un insulto en medio de un zoom oficial
Algunos pidieron la renuncia del alcalde, alegando que le había faltado el respeto a la reina. El hecho se fue disipando con el paso de los días. ¿Qué pasó? Lo saben el alcalde y su conciencia. Supongamos que fue, como él dijo, "un accidente": ¿cuántos y cuántas de ustedes, lectores y lectoras, le tocaron el culo a alguien "sin querer"? ¿Será que el alcalde estaba acostumbrado a manosear cuerpos ajenos como si le pertenecieran en privado y esta vez el inconsciente le jugó una mala pasada? Y en todo caso, olvidémonos del culo de Máxima por un segundo... ¿era necesario que la tomara de la cintura? Hay algo perturbador en esas imágenes, algo que va más allá de la gracia inicial que pudieran producirnos. Algo oscuro. Fueron seis segundos. sí, pero pasaron seis años y ocho meses y todavía seguimos hablando del asunto.