13 Febrero de 2017 21:04
El histrionismo, la verborragia -a veces brutal- y la hiperactividad megalómana que luce Donald Trump se eclipsan alrededor de las 18.30 de cada tarde. Esa el momento en que agentes del Servicio Secreto acompañan al presidente a su residencia a través de los sombríos pasillos del Ala Oeste.
En el Salón Oval se siente más cómodo.
La caminata entre el Salón Oval y la residencia de la Casa Blanca no es una transición a la familia y el relax, como si lo era para muchos mandatarios. Tampoco para reuniones oficiales secretas, ni pasatiempos ni diversión.
A las 18.30 llega a la residencia. Ve noticieros y hace llamados.
Las noches de Trump en la Casa Blanca son solitarias y las comparte con su teléfono y un televisor. Su esposa y su hijo menor viven en Nueva York y sus hijos mayores están ocupados con sus jóvenes familias. El cambio de escenario fue drástico y lo afectó, según un allegado que habló con él recientemente. A partir de las 18:30 Trump no es Trump.
Afirman que no se adapta a su nueva vida.
Los más benévolos dicen que todavía se está adaptando a su nuevo aposento y a su apretada agenda. Y pese a que se siente maravillado ante la historia y belleza de su casa, no se acostumbra a que sea, en realidad, "la residencia de gobierno", recalcó Christopher Ruddy, director general de Newsmax y amigo del presidente. No la siente como propia, quizá, y eso le molesta.
En bata de baño
El New York Times, deslizó que lo primero que hace cunado llega a la residencia es ponerse una bata de baño para tuitear más cómodo, ver televisión y hasta recibier a su personal para asuntos pendientes.
El presidente Trump expresó en Twitter que esa historia era una mentira. Mientras Sean Spicer, el portavoz de la Casa Blanca, negaba que el mandatario usara “bata de baño" se desató la segunda parte de esta historia.
Usuarios compartieron en Twitter imágenes del presidente en bata cuando era joven.
Donald Trump would never wear a bathrobe. pic.twitter.com/uGo1unhwE6
- John Aravosis (@aravosis)
Rutina telefónica
Trump fatigó sus primeras noches en atender llamados y hacerlos, especialmente, y casi exclusivamente, a viejos amigos y legisladores. Lo llaman al celular personal y en lugar de sostener largas conversaciones en la línea segura, Trump suele devolver las llamadas usando el conmutador de la Casa Blanca.
En soledad, hace llamados toda la noche. Sólo duerme 4 horas.
El presidente, que reveló al NY Times que duerme cuatro o cinco horas, y llama por teléfono a socios muy tarde por la noche o muy temprano por la mañana. Trump se comunicó recientemente con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, mientras el legislador republicano realizaba sus ejercicios matinales.
Adicto a las noticias
Desde el círculo más íntimo al mandatario han tratado de reducir su consumo de noticias durante el día laboral, pero no hay límites cuando regresa a la residencia. Allí da rienda suelta a su paranoia. Durante una conversación reciente, Trump dejó el teléfono para poder subir el volumen durante un reporte de la CNN. Cuando regresó a la llamada telefónica se estaba quejando sobre "noticias falsas". Y esa no fue una situación aislada. La TV nunca se apaga.
Y ataca a los periodistas
Su nuevo estilo de vida en la Casa Blanca se asemeja a las rutinas que creó durante décadas en las que vivió en la cima de la Torre Trump. Prefería las comodidades de casa y evitaba la escena social de Manhattan por noches en su penthouse con amigos cercanos, la familia y su televisor.
A pesar de algunas escapadas de fin de semana, Trump, se está adaptando a la Casa Blanca. El mandatario dijo a amigos que se siente como en un set cinematográfico y ha dedicado tiempo en procurar que luzca según sus estándares.
"Esto es surrealista", dijo.
Durante una entrevista con Fox News, Trump dijo que un día caminaba hacia la entrada principal de la Casa Blanca y confesó: "Esto es, en cierto modo, sorprendente". "Es, de cierta manera, una experiencia surrealista. "Pero uno lo tiene que superar.". No parece, según sus palabras, estar cómodo.