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Tensión y misiles: los días de octubre en los que el mundo estuvo al borde de la guerra nuclear

A fines de octubre de 1962, Estados Unidos y la URSS se enfrentaron en una grave crisis diplomática. 

21 Octubre de 2019 15:06
kennedy

El fantasma de la guerra nuclear sobrevuela constantemente los temores y fantasías de la humanidad prácticamente desde el estallido de las bombas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Sin embargo, lo que no todos saben es que jamás esa terrible posibilidad estuvo tan cerca de ser una realidad que durante un puñado de días de octubre de 1962.

El 22 de octubre de ese año, hace 57 años, el presidente norteamericano John F. Kennedy sorprendió al mundo entero con un discurso en el que anunciaba que aviones espía de su país habían encontrado bases de misiles nucleares soviéticos en Cuba.

Peligro inminente

Días antes, el gobierno de la URSS encabezado por Nikita Kruschev había enviado a la isla gobernada por Fidel Castro 24 plataformas de lanzamiento, 42 cohetes R-12, 45 ojivas nucleares, 42 aviones bombarderos Ilyushin Il-28 y 40 MiG-21, y varias unidades militares totalizando alrededor de 47.000 soldados.

"Será política de esta nación en relación considerar a cualquier misil nuclear lanzado desde Cuba contra cualquier otra nación del hemisferio occidental como un ataque de la Unión Soviética a Estados Unidos, que requerirá una respuesta vengativa inmediata", señaló. Como medida inmediata, Kennedy impuso un bloqueo naval a la isla, extensivo a todo barco sospechado de contener material bélico.

Para hacer efectiva tal acción, cruceros y destructores de la Marina norteamericana se desplegaron por el mar Caribe acompañados por una operación aérea. La respuesta de Kruschev, obviamente, no fue nada diplomática: aseguró que la URSS veía al bloqueo "como una agresión" y señaló que no pediría a los barcos soviéticos que se desviaran. 

Tres días después del anuncio de Kennedy, los soviéticos no daban señales de desmontar sus bases en Cuba. En este punto, el presidente estadounidense consideró la posibilidad de una invasión a la isla, plan que llegó a oídos de su par ruso. 

El acuerdo

Pronto, negociaciones secretas comenzaron para intentar detener el peligro de una guerra nuclear abierta. Fue entonces que, el 26 de octubre, el departamento de Estado norteamericano recibió una decisiva carta de Kruschev.

"Señor presidente: tanto nosotros como usted deberíamos dejar de tirar de las puntas de esta soga en la que se ha atado el nudo de la guerra. Mientras más la tiremos, más ajustado será el nudo y llegará el momento en el que no podrá ser desatado y deberá ser cortado. Y no es necesario que explique qué significaría eso: usted entiende perfectamente de qué fuerzas terribles disponen nuestros países. Consecuentemente, si no hay intención de apretar ese nudo y condenar al mundo entero a la catástrofe de una guerra nuclear, entonces déjenos no sólo dejar de tirar de la soga sino también tomar medidas para desatar el nudo. Estamos listos para hacerlo", escribió el líder soviético. 

Tanto Castro como Ernesto "Che" Guevara, sin embargo, no estaban dispuestos a ceder ante Estados Unidos. "La agresión directa contra Cuba significaría una guerra nuclear. Los norteamericanos hablan de tal agresión como si no supieran o no quisiera aceptar ese hecho. No tengo ninguna duda de que perderían esa guerra", declaró el argentino. 

Fue por eso que, finalmente, el acuerdo entre Kennedy y Kruschev fue elaborado a espaldas del gobierno cubano, aunque incluyó un compromiso de Estados Unidos de no invadir Cuba.

De esta manera, la URSS aceptó desmantelar sus bases en la isla, a cambio de que el gobierno norteamericano también diera de baja sus bases de misiles nucleares en Turquía y retirara el misil balístico de alcance medio PGM-19 Jupiter estacionado en Italia.

La catástrofe que no sucedió

"Durante el conflicto, el presidente Kennedy pensaba que las chances de llegar a una guerra eran una en tres y lo que hemos aprendido en décadas posteriores no ha hecho nada para disminuirlas", reflexionó años atrás el politólogo Graham T. Allison

"Ahora sabemos, por ejemplo, que además de misiles nucleares, la Unión Soviética había desplegado en Cuba 100 armas nucleares tácticas y el comandante soviético local podría haberlas disparado sin códigos adicionales ni órdenes de Moscú. El ataque aéreo y la invasión norteamericanas planeadas para la tercera semana de la confrontación habrían sin duda determinado una respuesta nuclear contra barcos y tropas estadounidenses e incluso apuntada a la ciudad de Miami. La guerra resultante podría haber llevado a la muerte de más de 100 millones de ciudadanos de Estados Unidos y otros más de 100 millones de rusos", calculó.