Teodoro Obiang Nguema Mangue, más conocido como “Teodorín”, nació entre lujo y el poder. Es hijo del dictador de Guinea Ecuatorial, una pequeña ex colonia española sobre la costa atlántica africana, que supo ser epicentro de las bases esclavistas del siglo XVIII.
Teodorín y sus millonarios gastos.
Teodorín nació un año después de que Guinea Ecuatorial proclamara su independencia. Cuando tenía diez años, su padre, el poderoso Teodoro Obiang -militar de carrera del clan esangui-, accedió al poder a través de un golpe de Estado. A partir de ese momento, manejó Guinea a su antojo.
El país tiene una de las más importantes reservas petroleras y gasíferas de la región, explotadas por compañías mayoritariamente estadounidenses. Para la justicia de Francia, las ganancias nunca llegan a las arcas del Estado, sino a las cuentas de la familia presidencial en Europa. Debido a esta corrupción, más del 70% de la población sobrevive con menos de 2 dólares al día.
Junto al ex presidente de EE.UU., Barack Obama.
Teodorín creció entre ese poder e impunidad. Estudió en la Pepperdine University en Malibú, California, donde se graduó pese a asistir sólo cinco meses. Los fines de semana no eran de estudio, sino de visitas a Hollywood y Río de Janeiro. En un solo fin de semana en Sudáfrica gastó 10 millones de rands, unos 700.000 dólares.
Siendo adulto, sus gustos se volvieron extravagantes y caprichosos. Didier, su mayordomo en la ostentosa mansión de París -donde vive actualmente-, describió su vida de esta forma: “Alcohol, putas y drogas”.
Teodorín suele mostrarse junto a modelos y bellas mujeres.
Por estos días vive en un palacio de 4.500 metros cuadrados y cinco pisos sobre la avenida Foch de la capital francesa, por el que pagó 25 millones de euros. Sus gastos descontrolados incluyen joyas, relojes, obras de arte y autos exclusivos como Ferraris y Lamborghini.
Una de sus Ferraris de colección.
Fue tal la ostentación y arrogancia de Teodorín, que terminó con una denuncia por corrupción y blanqueo de dinero presentada ante la justicia francesa por las ONG Sherpa y Transparencia Internacional. El fiscal del Tribunal Correccional de París, Jean-Yves Lourgouilloux, fue tajante sobre su patrimonio: “Los fondos de Teodorín proceden de la corrupción y de la malversación de fondos públicos”.
La forma en la que Teodorín obtuvo su dinero fue detallada por el empresario Germán Pedro Tomo Mangue, que salió del país en 2003 y vive refugiado desde entonces en España. Contó que el hijo del mandatario había creado un “impuesto revolucionario” que cobraba a las empresas de exportación de madera, y que iba a parar a su propia firma, Somagui.
El ex funcionario creó un insólito impuesto.
“Es un procedimiento que inventó Teodorín cuando lo nombraron consejero en el Ministerio de Bosques” en 1996. Según declaró ante la justicia francesa, consistía en abonar 15.000 francos por cada metro cúbico de madera para poder obtener un certificado necesario para la exportación, consignó Clarín.
En esa época, Guinea Ecuatorial exportaba algo más de un millón de metros cúbicos de madera. “Todas las empresas forestales pagaban ese impuesto”, dice Tomo Mangue.
El argumento de descargo del gobierno de Guinea no es nada original: el juicio es producto de una persecución política.