El Papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Se trata de la primera reunión que mantienen desde que asumió Trump. Si bien hubo intercambio de regalos y hasta chistes, en el encuentro se marcó una relación distinta a la del Pontífice con Barack Obama.
La distancia entre ambos se había hecho notar tiempo atrás, durante la campaña electoral en los Estados Unidos. A bordo de un avión, donde habitualmente ofrece conferencias de prensa, Francisco había criticado con dureza varios conceptos del magnate. “Una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano”, disparó en aquel entonces.
Pero además, las diferencias entre ambos no son menores. El Papa expresó en más de una ocasión su preocupación por temáticas como el cambio climático y la inmigración, cuestiones en las que tienen posturas absolutamente opuestas con Trump.
Sin embargo, en la reunión que mantuvieron hoy hubo lugar para los regalos protocolares y hasta un intercambio de chistes. Pero las diferencias entre Trump y Obama se hicieron notar. El Pontífice le dedicó 27 minutos, bastante menos tiempo que el que le dedicó a su antecesor en una visita en 2014, cuando se reunieron por 50 minutos. Luego de aquella visita, Obama incluso se quedó más de una hora recorriendo el Vaticano.
El encuentro entre ambos jefes de Estado se concretó en un clima de amplia expectativa. El Papa le obsequió un documento titulado “La no violencia, estilo de una política para la paz”, de su autoría, así como otros tres de sus libros: Amoris Laetitia, Evangelii Gaudium y la encíclica Laudato Si. “Espero que sea un instrumento de paz”, le expresó en español a Trump, quien le devolvió en inglés: “Necesitamos paz”.
En cambio, el presidente estadounidense le regaló varios libros de Martin Luther King. “Creo que le va a gustar. Lo espero”, indicó.
Risas y seriedad. Francisco se mostró solemne, aunque se permitió hacer una broma.
Cuando Obama visitó a Francisco en el Vaticano en 2014, el encuentro fue más relajado y distendido que la reunión de hoy con Trump. También hubo lugar para los regalos de protocolo. El Papa le obsequió un medallón artístico que representa el Ángel de la Paz, así como uno de sus libros, Evangelii Gaudium, que hoy le entregó también a Trump.
La respuesta de Obama en aquel entonces fue llamativa. “Seguramente leeré esto en la Oficina Oval, cuando esté muy frustrado. Estoy seguro de que me dará la fuerza necesaria cuando necesite tranquilizarme”, agradeció. Además, Francisco le regaló a Obama una colección de monedas de su pontificado.
Los encuentros con Obama fueron más distendidos. En el Vaticano, se reunió con él 50 minutos.
Obama fue original con su obsequio. Le regaló una caja con semillas de frutas y vegetales que se utilizan en el jardín de la Casa Blanca, como una suerte de celebración por una decisión que había adoptado Francisco de abrir al público los jardines de la residencia papal de verano, en Castel Gandolfo.
En aquella ocasión Obama no perdió el tiempo para invitarlo a la Casa Blanca. Aquella visita se concretó poco después de un año, en septiembre de 2015, durante una gira en la que Francisco visitó, entre otros países, a Cuba. En el primero de los encuentros también hubo lugar para las risas y los chistes, cuando la caja con las monedas cayó al suelo.
También hubo lugar para las risas durante la visita de Barack Obama al Papa Francisco.
En cambio, hoy hubo espacio para las risas por un chiste que hizo Francisco en presencia de la primera dama estadounidense, Melania Trump. Cuando vio que el presidente era alto - mide 1,90 - no dudó: “¿Pero qué le das de comer, Potizza?”, le preguntó el Papa, en referencia a un típico postre esloveno.