Una cumbre real que salió mal. La reina Máxima de Holanda terminó siendo víctima de la rivalidad que Kate Middleton mantiene con la reina Letizia de España. Todas coincidieron en la ceremonia de la Orden de la Jerretera que tuvo lugar en Windsor y en la que los reyes Felipe VI y Guillermo Alejandro I se convirtieron en caballeros de la Orden. Qué pasó y por qué todo el Reino Unido habla del escándalo protagonizado por su futura reina.
Según consignaron los medios británicos, la mala relación entre Kate y Letizia se potenció cuando la española dejó de ser princesa y se convirtió en reina. Ambas son consideradas como fuertes referentes de la moda europea y las comparaciones realizadas por los medios habrían potenciado la competencia entre ambas "royals". La mala onda quedó expuesta este mes, cuando Letizia acompañó a su marido al Reino Unido para recibir la condecoración de la reina Elizabeth II.
¿Qué le hizo Letizia para que Kate la trate así?"
Un dato llamó la atención de la prensa: en ningún momento Kate le hizo reverencia a Letizia, pese a que el protocolo así lo dicta. Pero eso no fue todo: las cámaras captaron el momento en el que la reina de España se preparó para el saludo de la duquesa y quedó "de garpe". Aunque no perdió la sonrisa, la mujer del rey Felipe miró con desagrado a Kate y siguió conversando con la mujer del príncipe Edward.
El video del desaire de Kate Middleton a la reina Letizia
Otro incómodo momento se vivió cuando las mujeres reales vieron desde la primera fila el desfile de sus maridos. Kate optó por quedarse al lado de Máxima, a quien le habló durante toda la ceremonia, mientras que con Letizia casi no intercambió palabras. Quien puso paños fríos al incómodo momento fue Camilla -la mujer del príncipe Carlos-, quien se posicionó en el medio de los dos bandos e intercambió saludos diplomáticos con todas.
La amante del príncipe William volvió al palacio: mirá cómo Kate le marcó la cancha
Desaires, incomodidad y protocolo ardiente. El desembarco de Donald Trump en el Reino Unido no hizo más que alborotar el avispero de la Familia Real. Además de la incomodidad que generaron sus dichos sobre Meghan Markle -y de la fría recepción que recibió en consecuencia por parte del príncipe Harry-, el presidente de Estados Unidos vivió un incómodo momento cuando fue recibido por la Reina en el palacio de Buckingham.
¿Qué fue lo que sucedió? La presencia del mandatario americano obligó a la monarca a realizar un banquete de Estado en su honor. Y, tal como dicta el protocolo, se vio obligada a invitar a toda la Corte. No hubo excepciones, pese al específico pedido que había hecho Kate Middleton dos meses atrás cuando el escándalo de la infidelidad del príncipe William sacudió al mundo. En su momento, la futura reina exigió que Rose Hanbury, sindicada como la tercera en discordia, no fuera más invitada a los eventos reales.
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En efecto, Rose se convirtió en marquesa de Cholmondeley en 2009 cuando, luego de un breve compromiso, se casó con el aristócrata David Cholmondeley. La ex modelo, que además supo ser una de las mejores amigas de Kate, ingresó así a la Corte inglesa; motivo por el cual recibió su correspondiente invitación para el banquete ofrecido por la Reina. Fue la primera aparición pública desde que estallaron los rumores que aseguraban que William y ella mantuvieron un fogoso affaire mientras Middleton atravesaba su tercer embarazo.
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Según consignaron los medios ingleses, la Reina tuvo el decoro de organizar la cena de modo tal que nadie se sintiera incómodo. Con casi doscientos invitados, el “operativo separación” fue un éxito y Kate ni siquiera se cruzó con la presunta amante de su marido. Sin embargo, pese a que fueron ubicadas en polos opuestos de la larga mesa real, todas las miradas de los fotógrafos estuvieron apostadas en ambas mujeres.
La aristócrata de 35 años ingresó al palacio y sorprendió con su vestido blanco ajustado. Sin embargo, minutos después hizo su ingreso triunfal Middleton, quien no dudó en tirar “toda la carne al asador” con sus accesorios. La duquesa vistió un diseño, también blanco, de su firma favorita: Alexander McQueen.
Pero eso no fue todo. De hecho, fueron los accesorios elegidos por Kate los que llamaron la atención de todos. En principio, lució la tiara preferida de la difunta princesa Diana -fue la que le regalaron en 1981 con motivo de su boda con el príncipe Carlos-. La pieza de joyería, valuada en tres millones de dólares, tiene además un nombre particular: “Nudo de amantes”. En los ocho años que lleva de matrimonio, la duquesa la usó sólo en seis oportunidades.
Los otros dos accesorios reales elegidos por Middleton también tuvieron una fuerte impronta real. En efecto, se trata de condecoraciones otorgadas por la Reina, rara vez utilizadas por la duquesa. El pasado 29 de abril, en coincidencia con el octavo aniversario del matrimonio de los duques de Cambridge, Kate recibió la “Real Orden Victoriana”. Se trata del máximo honor protocolar.
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Como si la insignia y la tiara no fueran suficientes, Middleton también lució su lazo de la Family Order, otorgado también por la Reina en diciembre de 2017. Sólo la reciben mujeres que hayan realizado “grandes labores” para la monarquía.