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Los atentados de hace una semana calaron hondo en la sociedad francesa. Debido a la matanza, la sociedad musulmana, numerosa en París y en toda Francia, quedó injustamente en el ojo de la tormenta. Los terroristas de esa religión generan un clima de hostilidad para los miles de musulmanes pacíficos que habitan en el mundo.
Por ese motivo, un joven musulmán se presentó con una propuesta innovadora: pedía abrazos a modo de protesta contra la estigmatización y a la vez como homenaje a las víctimas. Con los ojos vendados, se dejó abrazar por los transeúntes en la Plaza de la República en París. "Soy musulmán y me dicen que soy terrorista. Yo confío en ustedes. ¿Confían ustedes en mí? Entonces abrácenme", decía un cartel que lo acompañaba