En 2012, el venerado monje Fu Hou murió a los 94 años en el templo de Chongfu, en la región de Quanzhou, al sudeste de China. Pero lejos de terminar sus vivencias con la muerte, sus restos mortales hoy son protagonistas de una noticia que recorre el mundo: fue momificado y su cuerpo bañado en oro para que se preserve así durante toda la eternidad.
Fu Hou murió en 2012, a los 94 años
Según el budismo, solo un practicante de esta religión verdaderamente virtuoso merece permanecer intacto después de la muerte.
¿Cómo fue el procedimiento?
Luego de que Fu Hou falleciera, dos expertos en momificación trataron sus restos mortales realizaron un par de procedimientos de lavado para poder preservarlo en el tiempo.
Fue bañado con una fina capa de oro fundido
Es siguiente paso fue dejarlo sentado en un jarrón de cerámica sellado y el mismo fue trasladado a la intemperie, para que los elementos comiencen con un proceso de momificación.
Después de tres años, fue retirado de la vasija y luego de notar que su cuerpo continuaba en la posición en la que se lo había dejado, comenzó otro proceso de preservación: sus restos fueron higienizados con alcohol y cubiertos de capas de gasa y laca.
Fue vestido con sus ropas tradicionales y los fieles van al templo a venerarlo.
Finalmente, según describió el diario inglés The Telegraph, fue pintado de manera completa con una fina capa de oro fundido. Luego fue vestido con sus ropas tradicionales y quedó en el templo a la espera de los fieles que irán a venerarlo.