28 Agosto de 2018 16:10
55 años se cumplen hoy de uno de los discursos más importantes de la historia de la humanidad: aquel en el cual Martin Luther King se dirigió a una multitud en el memorial de Lincoln en Washington con un icónico lema: "Yo tengo un sueño".
King ante la multitud en la previa de su discurso.
En él, el reverendo y líder de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos describe el país que imagina para sus hijos, en el cual los niños de cualquier raza y religión puedan convivir sin odios ni prejuicios.
Y si bien King trabajó durante semanas en el discurso, varias de sus líneas fueron improvisadas. E incluso varios le dan crédito a la cantante de gospel Mahalia Jackson, su amiga y consejera, por la inspiración para la sección más famosa del texto.
"Lo que la mayoría de la gente no sabe es que, mientras él hablaba, ella le gritaba "¡Martin! ¡Deciles lo del sueño!". Yo estaba ahí, lo vi con mis propios ojos", le relató a Time el consejero legal de King, Clarence B. Jones.
Y si bien el reverendo ya había utilizado la frase "yo tengo un sueño" en discursos previos, el de Washington tuvo una diferencia sustancial, casi espiritual, para Jones.
King junto a sus hijos, Martin III, Dexter y Yolanda, y su mujer Coretta.
"Lo había visto hablar muchas veces, en iglesias de todo el país. Pero esa vez hubo algo místico", aseguró. "Se había transformado, como si alguien hubiera tomado control de su cuerpo. El discurso, en su contenido, no poseía un análisis profundo. Todo pasó por la manera en la que habló y la intensidad con la que sintió".
En ese sentido, de acuerdo a Jones, esa particular intensidad tuvo que ver con "darle una respuesta a una pregunta retórica dirigida hacia toda la nación: ¿qué clase de país somos?. El discurso fue un llamado al alma de Estados Unidos. A su conciencia moral".
Un nuevo significado
Celebrando el aniversario del discurso, Martin Luther King III -reverendo religioso y activista social al igual que su padre- participará hoy de un acto en la frontera de Estados Unidos con México.
Martin Luther King III continúa el legado de su padre.
Allí, buscando darle un nuevo significado a las potentes palabras de su progenitor, King anticipó que hablará del "tratamiento inhumano que se le brinda a los inmigrantes y sus familias".