10 Junio de 2022 16:09
El presidente Alberto Fernández participó este viernes del cierre de la IX Cumbre de las Américas, que se desarrolla en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, mantuvo reuniones bilaterales con sus pares de Chile y Perú; y por la noche regresará a Argentina. Pero antes de retornar al país, mantuvo una conferencia con algunos periodistas en la que habló de todo: la renuncia de Matías Kulfas al cargo de ministro tras el escándalo por la licitación del gasoducto Néstor Kirchner; la baja de los bonos argentinos; el proyecto de ley que busca gravar la renta inesperada y su relación con Cristina Fernández de Kirchner. "Hablamos cuando hace falta que hablemos", advirtió sobre la vicepresidenta.
En el inicio de su discurso en la reunión plenaria de la Cumbre de las Américas, Alberto habló sin rodeos, criticó fuertemente la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuestionó la política de bloqueos implementada históricamente, mencionó la necesidad de que los países de la región implementen un gravamen a la renta inesperada, reprochó "el endeudamiento insostenible" que otorgó el FMI al Gobierno de Mauricio Macri y denunció: "Se ha utilizado a la OEA como un gendarme que facilitó un golpe de estado en Bolivia. Lamento que no hayamos podido estar presentes todos los que debíamos estar, en este ámbito tan propicio para el debate", sostuvo.
Ya más tranquilo y rodeado de periodistas de diferentes medios antes de regresar a la Argentina, el mandatario explicó: "Ayer fue la jornada inaugural donde debimos hablar los que representábamos organizaciones del continente. Allí di mi posición sobre lo que creía lo que pasaba en esta cumbre, lo que pasaba en América y hacia dónde debíamos transitar. No tiene mucho sentido que evalué lo que dije, pero creo que fue una jornada valiosa. A la noche tuve un intercambio de palabras buenas con el presidente Biden para seguir viendo como avanzar con este tema y ahora vamos a seguir trabajando. La jornada se pone más entretenida porque es una mesa de diálogo por lo cual todos podemos interrumpir, hablar e intervenir".
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En ese sentido, resaltó que se trató de "un buen comienzo de la cumbre" a pesar de las limitaciones que tuvo "por las ausencias que hubo". Alberto participó como presidente pro tempore y la voz de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). "La Celac es una organización donde quien ejerce la presidencia tiene la voz de la Celac. La verdad es que no ha tenido ninguna reacción en contra, hasta el presidente de República Dominicana, que es alguien que ideológicamente no está cerca mío, pero por el que siento un gran aprecio, apoyó las palabras y ayer solo recibí palabras de apoyo", dijo consultado sobre el discurso que fue negociado con la Casa Blanca y la CELAC.
Además, destacó que en Celac "no todos tenemos la misma mirada, pero nos respetamos". "En este momento, la presidencia pro tempore la ejerce la Argentina y es quien tiene la voz de la Celac. Los discursos no se consensuan, son propios. Sino serían documentos. Antes de venir a la cumbre tuve demasiadas charlas con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, sabían lo que yo iba a decir, fue una posición muy honesta de mi parte, como de todos, también del gobierno Americano. sabían lo que pensaba, lo que quería transmitir en la cumbre y no hubo ningún tipo de sobresaltos. Como terminó mi mensaje, no vine a poner más muros, vine a construir puentes y a derribar muros", destacó.
A su vez destacó que en la cena que mantuvo con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, intercambiaron "algunas palabras" y aclaró: "Pero era una reunión social. De ningún modo hubo un reproche, fue muy generoso conmigo". Por otra parte, el presidente aseguró que el Gobierno no va a "acotar gastos en tema social", tras la primera revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la reestructuración de la deuda por 44.000 millones de dólares contraída durante la gestión de Macri: "Nosotros no estamos pensando en acotar ningún tipo de gasto en materia social y nada de eso. La Argentina tiene un ritmo de crecimiento muy importante y no tenemos intención que ese ritmo se frene o desacelere".
Y agregó: "Estamos siguiendo, monitoreando el día a día e insisto que la ironía es que la Argentina crece de un modo muy llamativo, y el crecimiento demanda dólares para los insumos a pesar de que las importaciones crecen mucho. Por momentos se vuelve insuficiente para la cantidad de dólares que reclaman los que producen en la industria. Son temas que iremos corrigiendo poco a poco. El FMI ya dijo que es necesario recalibrar todo por la inflación que se ha generado en los alimentos. Cualquier acción de recalibración que tengamos hacer sobre lo que hemos preparado tiene que más que ver con una iniciativa del FMI que nosotros compartimos, por supuesto, que con otra cosa".
Sobre la renuncia que le pidió a Matías Kulfas, destacó que le queda un año y medio de gestión "donde tenemos que ser actores de otro mundo porque, por ahí, lo que siento es que los argentinos y la prensa, particularmente, están encerrados en lo local y no ven la dimensión del cambio que se está produciendo en el mundo". "El mundo está cambiando de un modo impresionante. El concepto global que nosotros conocíamos, hoy está en crisis del peor modo: en una guerra, con falta de energía y con falta de alimentos. Ayer en la reunión con (el secretario general de la ONU, António) Guterres yo le expresé mi preocupación por este tema", explicó.
De acuerdo con Alberto, intentó interiorizarse y él el secretario general de la ONU "fue muy generoso al contarme todo muy en detalle todo lo que Naciones Unidas estaba haciendo básicamente para poder garantizar alimentos al mundo". "En realidad esta invitación al G7 que le hicieron a la Argentina tiene que ver con una mirada mía de que el tema de la guerra no debe ser una discusión del norte, sino del mundo. En el sur se padece la guerra enormemente. los primeros que van a padecer la falta de trigo y el hambre van a ser América Latina, África, países Asiáticos y por eso pedí que esa voz sea escuchada. Eso se lo transmití a Biden por teléfono y es la preocupación más importante que tenemos por delante", destacó.
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Y continuó: "Cuando muchos me dicen que la guerra es una oportunidad, más allá de la inmoralidad que significa pensar que uno tiene una oportunidad cuando se mata gente, la verdad que yo quisiera que eso no ocurra, que ordenemos el contexto internacional para que los daños no se profundicen. En eso estamos trabajando, estamos trabajando también en encontrar soluciones ante el peor escenario, porque este es un deseo nuestro, pero no está en nuestras manos resolverlo. Con lo cual, toda nuestra atención y esfuerzo está en eso. Por eso que le he puesto al tema internacional particular atención y me he involucrado personalmente".
En este contexto, Alberto sostuvo que su presencia en la cumbre, la cena con el presidente Biden y su participación en el G7 se debe a su deseo de estar presente en los lugares donde "nosotros podemos llamar la atención y reclamar que nuestra voz sea oída en un momento muy crítico de la humanidad". "Estamos concentrados en eso, después la Argentina transcurre, tiene los movimientos que tiene y la vida sigue", dijo. "Kulfas fue a declarar como testigo. Matías fue un gran ministro que cometió un error, un error que yo no soporto que es que no se hable mal de otro. Yo es más, reniego de los que hablan en off. Es mejor hablar francamente", avisó.
Por último, afirmó que el proyecto de ley que busca gravar la renta inesperada se resolverá en el Congreso, que "lo analizará y verá cómo lo trata". "El tema de la renta inesperada es un proyecto que nosotros teníamos preparado con Martín desde el día que anunciamos los bonos para los sectores más postergados y los bonos para los jubilados. Era una decisión que había tomado de elevar al Congreso, está en sintonía con lo que está pasando en otros lugares del mundo y el Congreso lo analizará y verá cómo lo trata. La vicepresidenta tiene un rol institucional, yo soy el presidente y tengo un rol institucional. Hablamos cuando hace falta que hablemos", concluyó.