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Fue a bailar, vio al asesino de su hermana en el boliche y ayudó a detenerlo

El crimen había ocurrido en 2014.

26 Enero de 2022 17:46
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El crimen conmovió al barrio ATE, en Tucumán. En la noche del 22 de diciembre de 2014, Lucía Jerez fue asesinado de un disparo. Enseguida, por testigos, se identificaron a los tres sospechosos del crimen. Pero todos se fugaron. 

Según los testigos, la noche del asesinato de Lucía, los tres jóvenes es estaban discutiendo en la calle. Justo frente a la puerta de la casa de Jérez. Enojada por los gritos, salió a pedirles que se fueran a los gritos. 

 

Los tres asesinos salieron corriendo y le gritaron: “¿Qué te metés vos?”. Luego comenzaron a insultarla. De golpe, uno de los menores de edad sacó un arma y le disparó a la joven, que cayó muerta. 

Desde entonces, el fiscal Arnoldo Suasnábar, de la ex Fiscalía VII, inició una investigación que no tuvo éxito. Hasta el martes cuando sucedió lo impensado y el caso se puso en marcha nuevamente, aunque ahora con el mando del auxiliar Lucas Maggio, de la Fiscalía de Homicidios.

En la noche del 25 de enero, Silvana Soledad Cardozo, de 32 años, y media hermana de la víctima fue a bailar al boliche Gitana, un reconocido reducto de la zona. Parecía una noche normal hasta que entre la gente divisó un rostro que la había atormentado durante ocho años: el de Jonathan Exequiel Coronel, el asesino de Lucía.

 

Al verlo, un mar de sensaciones le inundó el pecho. No sabía si ir a buscarlo, si llorar o golpearlo. Optó por la opción más inteligente. Llamó a la Policía y lo siguió por todos lados. A la distancia, Silvana se aseguró que el asesino prófugo de 23 años no se fuera del lugar. 

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Desde 2015, Coronel estuvo prófugo por el crimen de Lucía. Los investigadores creían que se había ido a vivir a otra provincia o hasta a un país limítrofe. Pero estimaban que volvería para ver a su familia. Además, para la mayoría, el rostro y el nombre del criminal era un misterio porque en la fecha del asesinato era menor y no se podía divulgar. Pero la hermana de Lucía no se había podido olvidar ni de esa cara, ni de ese nombre.

 

Los oficiales de la Comisaría 5° de la zona llegaron al lugar luego de montar un operativo. Llegaron al mando del jefe de la Unidad Regional Capital (URC), Daniel Suárez y de los comisarios Víctor Campero y Carlos Rodríguez. Primero hablaron con los dueño del boliche, quienes cerraron todas las puertas del local bailable. 

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Después de eso, varios policías ingresaron a la pista de baile. Muchos de los presentes se mostraban sorprendidos por lo que estaba sucediendo. Pero sin dudas, el prófugo fue quien menos se esperaba. “Quedás detenido”, le dijeron al oído, al tiempo que sintió las esposas en sus muñecas. Un rato después, confirmaron su identidad y que estaba viviendo en Manantial, un pueblo rural en Lules, cerca de la capital provincial.

 

Luego de notificar a la Unidad Fiscal de Homicidio, a cargo del  Luis Macedo, solicitaron la planilla de antecedentes, donde figuraba el pedido de captura. De inmediato, el asesino quedó detenido con prisión preventiva por 90 días, por orden del Juez en lo Penal de Menores, Federico Moeykens. Ahora buscan a los otros dos prófugos. 

 

El acusado se negó a declarar. Ahora enfrenta dos causas. Una por el asesinato de Lucía por Homicidio Agravado. Otra por “amenazas” a los familiares de la víctima, a quienes meses después del crimen, fue a visitar a su casa y los amenazó de muerte con un arma de fuego para que retiraran la denuncia en su contra. Como no lograron lo que querían, dispararon contra la casa de los Jerez. 

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