por Daniel Riera
20 Mayo de 2020 11:40
El 20 de mayo de 1940, hace exactamente 80 años, llegaron los primeros prisioneros al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia,al que creían un campo de trabajos forzados. El 90 por ciento eran judíos: el resto, disidentes políticos, gitanos, homosexuales, prisioneros soviéticos, testigos de Jehová. En la arcada de la entrada vieron un trabajo de herrería con la inscripción Arbeit Macht Frei, que quiere decir "El trabajo libera". A ese lugar, en los casi cinco años que transcurrieron desde la llegada del primer prisionero hasta la liberación por parte del ejército soviético,ocurrida el 27 de enero de 1945, fueron enviadas 1.300.000 personas. En ese lugar, fueron asesinadas 1.100.000 personas. Los sobrevivientes dieron testimonio del horror vivido. Auschwitz es el mayor símbolo de la crueldad de todos los tiempos, acaso el lugar que muestra mejor que ningún otro lo bajo que puede llegar a caer la humanidad.
Ayer hubo una noticia en Auschwitz. Trabajadores que restauran uno de los barracones del campo hallaron cucharas, cuchillos, tenedores, trozos de zapatos, en un conducto de la chimenea del bloque 17. Por el lugar donde los hallaron, es evidente que estaban escondidos de la vista de los guardias nazis. Lo que no queda tan claro es para qué los escondieron los prisioneros. "Estos utensilios conservados fuera de la vista de las SS quizá servían para los zapateros remendones, para preparar una evasión o simplemente para poder comer", explicó Hannah Lessing, secretaria general del Fondo Nacional austríaco para las víctimas del nazismo, que está financiando la restauración. Vaya uno a saber cuántas cosas seguirán escondidas. Es estremecedor pensar en todo lo que no sabremos jamás, porque ya no queda quién lo cuente. Todo lo que no sabremos jamás, por ejemplo, sobre los 200 mil niños y niñas asesinados allí. 200 mil niños y niñas asesinados en un solo lugar.
Auschwitz fue la más oscuramente eficiente máquina de matar. Matar a toda velocidad y deshacerse de los cuerpos a una velocidad similar. La clave fueron los hornos crematorios. Sólo en Auschwitz-Birkenau (el segundo de los tres campos que son el eje del complejo) había unos sesenta hornos crematorios, divididos en cuatro instalaciones de 15 hornos cada una. Cada instalación, además, tenía una cámara de gas que permitía asesinar hasta 3.000 personas por turno. Auschwitz fue la industrialización de la muerte.
Un dato que no se suele contar es la razón central por la que Auschwitz ocupa un lugar central en la política de exterminio de los nazis. La idea original no era crear allí algo así como un "campo de todos los campos", el epicentro del exterminio a los judíos que finalmente fue, sino un campo más, siniestro en sus fines y en sus prácticas pero no tan enorme. La razón por la cual Auschwitz termina siendo lo que fue es, básicamente, la producción industrial. Auschwitz era más que un campo de concentración: era el centro de una estructura gigante. Sólo en Auschwitz, a una leve distancia unos de otros, existieron Auschwitz, Auschwitz-Birkenau (este era el principal centro de exterminio) y Auschwitz-Monowitz: este último era sobre todo un campo de trabajo forzado donde los prisioneros fabricaban caucho sintético y combustible. Auschwitz proveía trabajadores al conglomerado IG Farben
Fue el interés de la I.G. Farben lo que hizo enorme Auschwitz, que incluía algunas empresas que siguen existiendo, cuyos nombres son Bayer, BASF o Agfa, empresas que crecieron gracias al trabajo forzado de los prisioneros a los que luego exterminaban. IG Farben, para que quede claro, invirtió los 3 millones de dólares (a dinero de 1941) , que costó la construcción del campo de Monowitz.IG Farben fabricó además el gas Zyklon B, el compuesto de cianuro que los nazis usaban para exterminar a los prisioneros en las cámaras de gas.
En otras palabras, Auschwitz era una red de mano de obra esclava para multinacionales de origen alemán que hoy siguen vendiéndonos aspirinas, pilas, cámaras fotográficas, productos químicos y un largo etc. Así las cosas. Auschwitz era el centro de una red de 44 subcampos donde los prisioneros trabajaban en producción agrícola, en minas de carbón o directamente en la industria armamentística.
La prioridad para el exterminio la tenían los ancianos, los niños y sus madres. Los ancianos y los niños, porque no estaban capacitados para trabajar. Sus madres, porque el dolor sufrido por la pérdida de sus hijos podía entorpecer el proceso de exterminio. Con los demás, bueno, las SS determinaban más o menos a ojo quiénes eran aptos o no para el trabajo, o bien en cuestiones relacionadas con el propio mantenimiento de los campos, o bien para los requerimientos de la industria. Quienes eran trasladados a otros campos cercanos para hacerlos trabajar, generalmente, cuando ya no tenían fuerzas, eran regresados a Auschwitz-Birkenau, donde los asesinaban en los hornos crematorios.
El campo funcionaba con un sistema de Kapos: prisioneros quebrados por los nazis, a veces con antecedentes criminales, a veces con problemas psiquiátricos, a veces con perfil psicopático o a veces simplemente vencidos por el hambre, las flagelaciones diarias y el miedo a la muerte. Los Kapos también eran detenidos y hacían a menudo el "trabajo sucio" en Auschwitz. Los sonderkommandos o comandos especiales también eran prisioneros: trabajaban directamente en las cámaras de gas y en los hornos crematorios enviando diariamente a la muerte a sus semejantes y a veces a sus propios seres queridos, hasta que, al cabo de tres o cuatro meses, les tocaba a ellos mismos.
La pesadilla duró cinco años hasta que llegó la liberación. Cuando se hacía inminente la llegada de las tropas rusas, los nazis obligaron a los prisioneros a marchar decenas de kilómetros. En el camino, iban muriendo de hambre o de frío o directamente iban siendo asesinado a balazos. Cuando llegaron las tropas rusas, quedaban seis mil prisioneros, todos en un estado desesperante. En el lugar, desde 1947, hay un museo Se calcula que el nazismo exterminó a seis millones de judíos, lo que más de uno cada seis fue asesinado en Auschwitz. Allí se intentó la "solución final", como llamaban los nazis al exterminio completo de los judíos en el mundo. Allí, la humanidad tocó fondo.