10 Noviembre de 2019 13:48
La instauración del Día de la Tradición el 10 de noviembre, se oficializó con la aprobación de una ley en 1939, reconociendo un pedido de la Agrupación Bases para homenajear y celebrar las tradiciones gauchas en la Provincia de Buenos Aires.
De militar a periodista
La fecha elegida, sin embargo, iba mucho más allá de la mera burocracia: celebraba el nacimiento de José Hernández, autor de El Gaucho Martín Fierro y pilar de la literatura gauchesca argentina. El género, iniciado por escritores como Hilario Ascasubi, Bartolomé Hidalgo o Estanislao del Campo, encontró en Hernández la pluma que lo catapultó hacia lo épico.La escritura de su gran obra le llegó luego de un largo proceso personal que comenzó con una carrera militar durante la cual peleó para las fuerzas del Estado de Buenos Aires entre 1852 y 1872.
De la mano de desaveniencias políticas -basadas en su desacuerdo con que el peso de la ciudad de Buenos Aires predominara en la organización y gobierno de todo el país- Hernández abandonó la milicia luego de batirse a duelo con otro oficial y comenzó a escribir como periodista.
Profundamente federal, sus ideas lo llevaron a participar de un movimiento rebelde comandado por Ricardo López Jordán. El fracaso de tal lucha lo llevó a exiliarse en Brasil para luego regresar y comenzar a delinear El Gaucho Martin Fierro no sólo por razones literarias, sino como una manera de homenajear la lucha de los gauchos por librarse del dominio de Buenos Aires.
Los primeros siete cantos de la obra fueron plasmados por Hernández en una simple libreta de pulpería. A fines de noviembre de 1872, consiguió que el diario La República comenzara a publicar la obra por entregas.
El escritor del pueblo
Su relato en primera persona sobre las vivencias de un gaucho, con vocabulario bien estudiado y auténtico, empujó a la obra a la popularidad. El Gaucho Martín Fierro fue recibido calurosamente por los pobladores de las zonas rurales argentinas, que se sintieron representados -y también reivindicados- por el retrato del personaje principal, incomprendido y solitario en su integridad.
En la ruptura final de Martín Fierro con la civilización mediante un homicidio y su conversión en fugitivo, refugiándose con los indios Pampas, los gauchos argentinos también vieron un guiño a su resistencia al avance político y social de las costumbres europeizantes.
Siete años después, Hernández decidió encarar una segunda parte: La vuelta de Martín Fierro. Su cambio de postura personal se refleja una vez más en su personaje. Convertido en político -ya había sido elegido como diputado-, el autor ahora puso a su gaucho en una posición de reconciliación con la sociedad argentina, transformada a su vez por la lenta llegada de la industria y la inmigración.