por Rafael Saralegui
04 Septiembre de 2020 18:27Henning Mankell fue uno de los grandes maestros de la literatura negra sueca, casi un género propio, tributario del policial norteamericano que buscó a mediados del siglo XX darle un giro a la tradición inglesa del enigma, con la incorporación de la cuestión social como parte de la trama.
En esa misma línea aparece por ejemplo, Stieg Larsson, el autor de la trilogía de Millenium, otro autor sueco fallecido en 2004, uno de los primeros autores en hablar en sus obras de los crímenes de género, casi un adelantado a su época, con una temática tan actual ahora en todo el mundo con los femicidios.
Tanto Mankell como Larsson, nutrieron con sus novelas a exitosas series de televisión y películas. Algunas filmadas por la televisión sueca con actores de ese mismo país y otras llevadas adelante por la televisión inglesa, generadora siempre de respetables contenidos en ese rubro.
En los dos casos, los autores rompen con la mirada casi idílica que se tiene desde la Argentina, por caso sobre la realidad sueca, una sociedad con un estado presente que parece haber logrado el equilibrio entre el bienestar de sus habitantes, el desarrollo y el buen vivir.
Pues bien, los dos autores vivieron para romper ese mito: en Suecia hay conflictos raciales, una extendida extrema derecha, corrupción, narcotráfico, organizaciones criminales y delitos complejos.
Mankell nació en Estocolmo en 1948 y falleció en 2015. Pasaba la mitad del año en su país de nacimiento y la otra mitad en Mozambique, donde era director del teatro nacional. Un hombre de dos mundos, sensible, que sabía transmitir sus vivencias y convicciones a sus personajes.
Como todo autor de novelas policiales, Mankell tenía su detective: el inspector Kurt Wallander, un amante de la ópera, que nunca se dejaba atrapar por la primera impresión ante un crimen y buscaba la explicación oculta más allá de lo evidente.
Las novelas de Wallander dieron pie a la serie que la BBC produjo entre 2008 y 2016, con el conocido Kenneth Branagh como el inspector protagonista y rodada en Ystad. O sea las escenas se desarrollaban en Suecia, pero los protagonistas hablaban en inglés. Cosas de la globalización televisiva.
Pues bien, Wallander ha vuelto a la televisión. Este jueves se estrenó en todo el mundo “El joven Wallander”, a través de Netflix, una serie de seis episodios, que muestra los comienzos en la vida policial del detective, cuando es un agente de calle que da sus primeros pasos en la investigación.
Creada por Ben Harris, es Adam Pålsson quien asume la interpretación del personaje, que debe afrontar su primer caso importante. La investigación le llevará, además, a tener que vivir experiencias que lo marcarán personal y profesionalmente.
La serie está basada en las novelas de Mankell, pero no en un caso en particular: está ambientada en la Suecia actual y cuenta hechos de la “vida real” de Wallander, como un ataque con cuchillo que sufrió en sus primeras rondas, con un conflicto actual con la inmigración y el racismo como telón de fondo.
“Lo que Henning Mankell quería hacer con los libros de Wallander era utilizar el género detectivesco para hacer un comentario social y llegar a la audiencia con eso, así que ambientarla en los 70 no habría sido fiel al espíritu de Wallander”, dijo el actor.
Los fanáticos de Wallander no se van a ver defraudados por la serie y los cultores del género estarán más que satisfechos. Se trata de un policial bien hecho, sin fuegos de artificio.