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La increíble historia del aviso argentino de leche cultivada que enojó a los Beatles

Copiaba la música del tema "Submarino amarillo" y la estética de la película del mismo nombre. La banda amenazó con una demanda por millones de dólares.

30 Junio de 2017 10:39
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La historia es maravillosa, aunque hubiera sido mucho mejor con un final feliz. Durante varios años, los creativos publicitarios Alejandro Telo y Miguel Ángel Molfino Gianetti tuvieron una obsesión: hacer un comercial  con la estética de Yellow Submarine, la gran película animada de los Beatles, que dirigiera en 1968 el canadiense George Dunning. Hasta que un día tuvieron la oportunidad de concretar su sueño.

Afiche de la película, uno de los grandes momentos de la cultura psicodélica.

Entre 1991 y 1992, la agencia Pragma FCB recibió un encargo de uno de sus clientes más importantes: la empresa láctea SanCor encargó una campaña para su leche cultivada San Regim. Fue entonces cuando Telo y Molfino sintieron que había llegado su gran oportunidad.

Trailer de Yellow Submarine

"Sancor nos aprobó la idea y se filmó de acuerdo con la estética de la película, como es notorio", se ríe Molfino, a casi 30 años de la historia. En efecto, es notorio: el jingle es prácticamente igual al propio tema "Yellow Submarine", sólo que "adaptado": el ultrafamoso estribillo no dice "We all live in a Yellow Submarine" sino "Es la leche cultivada San Regim".

Leche cultivada San Regim: homenaje a Yellow Submarine

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Para no caer en el plagio, el autor del jingle, Leo Sujatovich, tuvo el cuidado de alterar un compás cada cinco. El comercial fue una bomba, claro: mientras millones de personas consumían la dichosa leche cultivada, la empresa láctea y la agencia de publicidad recibieron una enégica intimación de Apple Corp, la empresa de John, Paul, George y Ringo.

"Nos iban a demandar por una millonada de dólares

-Dijeron que o bajábamos el comercial o nos iban a demandar por una millonada de dólares que no recuerdo con exactitud, pero era muchísimo dinero -recuerda Molfino.

La agencia esbozó una mínima defensa. Adujo que había una variación en los compases del jingle, que al fin y al cabo no se producía, por lo menos en términos legales, lo que usualmente se denomina "plagio". Entonces Apple observó que no se trataba sólo de la canción, que también la estética de los dibujos animados había sido formulada a imagen y semejanza de la obra de los Beatles. 

-Y ahí salimos rajando -resume Molfino.

-Bueno, era difícil defenderlo, aunque hay que reconocer que los Beatles estuvieron un poco, por así decirlo,"ortibas"...

-Muy ortibas (risas)... Es que según parece, ellos tienen en cada país un representante que vigila por sus derechos y fue ese el que nos botoneó.