30 Octubre de 2018 10:15
"Democracia". Esa fue la palabra que dominó la campaña de Raúl Alfonsín y las elecciones que lo llevaron a convertirse en presidente hace 35 años.
Alfonsín y su saludo característico.
"Con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura", era la frase con la que el candidato de la UCR cerraba sus discursos en la carrera presidencial, citando también el preámbulo de la Constitución nacional.
La apelación era más que lógica: eran las primeras elecciones luego de los 30 mil desaparecidos y el horror que había dejado atrás el terrorismo de Estado del Proceso de Reorganización Nacional. A eso se le unía la reciente derrota en la guerra de Malvinas y una situación económica en emergencia.
La fórmula presidencial que unía a Alfonsín con Víctor Martínez llegó a las elecciones presidenciales luego de que el otro precandidato de su partido, Fernando De la Rúa, declinara continuar con las internas ante el amplio apoyo que presentaba su rival. Al frente, por el Partido Justicialista, competía Ítalo Luder como candidato a presidente con Deolindo Bittel como vice.
Paz y unidad
Consciente de que la sociedad estaba profundamente fragmentada y que era necesario atraer al electorado con un fuerte mensaje de unidad republicana, el candidato radical contrató los servicios del publicista David Ratto para que compusiera su campaña.
La campaña de Alfonsín evitó gestos confrontativos o agresivos.
De esta manera, imágenes como la del escudo con los colores argentinos y las iniciales "RA" (que correspondían tanto a las de Alfonsín como a las de "República Argentina") o símbolos como el característico saludo del candidato juntando sus dos manos al costado del rostro -buscando simular un abrazo a la distancia- se convirtieron en sellos de su práctica política previas al comicio.
Al mismo tiempo, el radical evitó conscientemente todo dicho o gesto confrontativo o agresivo lo cual lo contrastó directamente con el PJ, cuyo cierre de campaña quedo marcado por la quema de un ataúd con los colores radicales por parte del peronista Herminio Iglesias.
Previamente, Alfonsín había denunciado, en una jugada clave, un supuesto acuerdo entre representantes sindicales y militares a través del cual éstos buscaban una amnistía de sus delitos si el justicialismo ganaba las elecciones.
Participación arrasadora
El 30 de octubre, día del comicio, la participación del pueblo fue masiva: un 85,61% que jamás se repitió en ninguna de las elecciones posteriores. En el recuento, Alfonsín se llevó un 51,75% de los votos, mientras que la fórmula del PJ alcanzó el 40%.
"Queremos construir la convivencia en la paz. Queremos hacerlo entre todos. Y todos juntos estamos convencidos de que es posible lograrlo. Y, además, de que tenemos la obligación de lograrlo", subrayó el presidente electo en el multitudinario discurso con el que celebró su victoria en la Av. 9 De Julio.