Después de 16 años de arduo trabajo, un grupo de expertos convocado por las autoridades del Museo del Louvre reveló los secretos que Leonardo Da Vinci escondió siglos atrás al pintar su famosa Gioconda. Una ténica sorpresiva y un adorno que no coincide con "la moda de la época", entre los hallazgos más relevantes.
De acuerdo al reporte publicado por la revista Journal of Cultural Heritage, Da Vinci no pintó a mano alzada todo el retrato tal y como se creía hasta ahora. El ingeniero francés que lideró el análisis del cuadro, Pascal Cotte, encontró restos de la técnica artística "spolvero", mediante el cual una imagen es transferida de un boceto al lienzo. ¿Qué quiere decir esto? Que primero la dibujó con carbón en un papel y luego la plasmó.
Cotte realizó 1.650 escaneos sobre el lienzo y encontró líneas de carbón -invisibles a la vista- que acompañan el cabello y una de las manos de la famosa Mona Lisa. La cámara de luz infrarroja iluminó cada uno de los rincones de la pintura y permitió encontrar los rastros más débiles y poco visibles de la "trampita" del famoso pintor.
"Se detectaron las marcas de spolvero en la mano y la línea del cabello de la Mona Lisa, las áreas más claras de la pintura. Esto permitió confirmar que Leonardo cambió la pose y giró la cabeza (de la Gioconda) para que mirara más directamente al espectador. El estudio también indicó que el dibujo pudo haber sido utilizado para crear más réplicas de la pintura, como la que se exhibe en el Museo del Prado en Madrid, que posee la primera copia de estudio".
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Otra de las revelaciones del estudio fue el hallazgo de una horquilla en el cabello de la Gioconda. "Se encuentra justo en la parte derecha de la cabeza y no puede pertenecer a un retrato, porque en la ciudad de Florencia esa no era la moda en ese momento", refuerzan los ingenieros.
Las modificaciones realizadas antes del plasmado en el lienzo y el agregado del accesorio permiten concluir que Da Vinci trabajó durante años en su Gioconda y que no la pintó a mano alzada y en "tiempo real".