por Daniel Riera
26 Julio de 2018 10:17En aquellos días dorados y descontrolados días de los 60s, Michael Philip Jagger puede haber pensado alguna vez que no llegaría a viejo. Pero ahí está: acaba de cumplir 75 años y es el cantante de la más grande (y la más longeva) banda de rock de todos los tiempos, una banda que existe nada menos que desde hace 56 años. Ni siquiera es el más viejo de la banda: el baterista Charlie Watts tiene 77. Y ahí están, siempre de gira por algún lugar del mundo. Si alguna vez te dicen que uno de los Stones "se fue de gira", no te asustes: lo más probable es que no se haya muerto, que el significado de la frase sea literal.
Jagger sigue. Siempre sigue. Tiene ocho hijos y cinco nietos. Tiene quién sabe cuántos miles de shows. Las hizo todas, podemos decir, y podemos enumerar todos los lugares comunes que leímos, escuchamos y acaso también escribimos cuando cumplió 70, cuando cumplió 65 o cuando cumplió 60. El hecho es que ahora tiene 75 y sigue siendo Mick Jagger, es decir, el cantante de los Rolling Stones y no un señor que habla de sí mismo en un documental mientras acaricia a su gato, sentados ambos sobre una mecedora.
Mick Jagger, 1966.
El 8 de julio, en Varsovia, concluyó el No Filter Tour, una gira europea durante la cual los Stones ofrecieron nada menos que 28 shows en nueve meses, una gira que comenzó el 9 de septiembre de 2017 en la ciudad alemana de Hamburgo. Luego del 21 y el 23 de febrero de 2006, cuando presentaron A Bigger Bang en el estadio de River, los argentinos creímos habernos despedido de los Stones para siempre. No entraba en la cabeza del stoniano más optimista que volveríamos a encontrarnos con ellos. Y sin embargo así fue, en febrero de 2016, en el Estadio Único de La Plata.
Ya sabemos que Jagger dijo que a los 33 años se retiraba. Es de público conocimiento que no cumplió con su promesa. Pasaron por acá en el 95, el 98, el 2006 y el 2016, sin contar la visita solista de Keith Richards en 1992, las visitas de Mick Taylor, la muestra de Ronnie Wood y una especie de charla motivacional, un currito del propio Mick para empresarios. Si lo hizo Cachito Vigil, ¿cómo no lo va a hacer Mick?
Mick de Señora
Blue And Lonesome es el último disco de estudio de los Stones. Grabado en diciembre de 2016, es una de las más hermosas vueltas a las raíces que un artista -o un conjunto de artistas- haya producido jamás. Fue grabado en sólo tres días y consiste en covers de los bluseros que los Stones versionaban antes de largarse a componer: gente como Jimmy Reed, Howlin' Wolf y Willie Dixon. Cuando se lanzaron a hacer música, uno de sus principales objetivos era dar a conocer la obra de aquellos artistas que admiraban y, ya que estaban disfrutar de tocarla. Ya se sabe: le dieron su propio sello al rhythm and blues, lo plasmaron en un estilo propio y en canciones propias, pero nunca se olvidaron de sus maestros. Ya salieron infinidad de periodistas a decir que el disco era una despedida perfecta y cosas por el estilo. Gente que sueña con que los Rolling Stones se despidan cuando los periodistas quieran.
Parece que para ser periodista de rock hay que decir que la mitad de los discos de los Rolling Stones son una mierda, que están robando, que desde mediados de los 70 que no existen más. Todo eso te da chapa de experto en el establishment rockero. Imaginemos, sin embargo, que los Stones empezaron en 1980, que su primer disco fue Emotional Rescue, el segundo Undercover (Of The Night), el tercero Dirty Work, el cuarto Steel Wheels, el quinto Voodoo Lounge, el sexto Bridges To Babylon, el séptimo A Bigger Bang, el octavo Blue And Lonesome. ¿De veras les parece que está tan mal? ¿Conocen muchas bandas capaces de hacer discos como esos? ¿En serio? No mientan...
Antinomia medio tonta uno: los Beatles como cerebrales sofisticadísimos, los Stones como Neanderthales melenudos. Cosas dichas por gente que tiene un hippie muerto en la oreja, gente que se cree que Jagger es algo así como Juanse, gente que no escuchó jamás Time Waits For No One o Sweethearts Together o Memory Motel. Gente que no.
Antinomia medio tonta dos: Keith Richards como la quintaesencia del rock, Jagger como un empresario capitalista al que le interesa más cómo cerraron sus acciones y si está bien engranada la maquinaria. Intentos de diluir lo indisoluble, una complementariedad perfecta. Cada uno ocupa el lugar que tiene que ocupar y el resultado es magia, y el resultado son los Rolling Stones.
Mientras escribo esto recuerdo en febrero de 2016, la última vez que lo tuve frente a mí cantando el estribillo de Start Me Up: "You make a grown man cry... " Y yo, un hombre maduro que estaba a punto de cumplir 46 años, y que había pensado que nunca más volvería a verlos, lloré como un condenado. Feliz cumple, Mick.