11 Septiembre de 2018 13:13
A los 83 años, falleció Horacio Molina, uno de los grandes cantores argentinos, padre de la cantante y actriz Juana Molina y de la actriz Inés Molina, fruto de su matrimonio con la actriz y modelo Chunchuna Villafañe. Extraordinario, de estilo gardeliano, de aquellos que prefieren arrullar al oyente en vez de llevárselo por delante, Molina dio cátedra en los escenarios porteños hasta muy avanzada esta década. Dedicado y absolutamente descollante intérprete de tango durante la mayor parte de su carrera, había comenzado con el bolero y la bossa nova en los 60. Fue, a su vez, un artista que siempre se rodeó de los mejores artistas para desarrollar su propuesta, empezando por el maestro Oscar Cardozo Ocampo, que fuera su director musical y arreglador.
"hoy se murió papá. justo el día del maestro.
papá, además de enseñarme el amor por la música y el consecuente baile. me enseñó a observar y asimilar. a criticar, viendo primero la viga en el propio ojo. a leer entre líneas, a ver más allá de lo que se ve y a desarrollar la intuición, la mejor manera de conocer el mundo", escribió Juana Molina, en una sentida despedida a su padre.
Se dijo muchas veces pero no por eso deja de ser cierto: lo mejor que tienen los artistas -en especial los grandes artistas, y Horacio Molina lo era- es que dejan una obra y que persisten junto a nosotros. No es este un consuelo en absoluto ni para sus hijas ni para sus amigos, desde luego. Pero hay varios tangos que Molina interpretó como nadie. Se comparten aquí, a manera de respetuosa y también cariñosa despedida.
Fruta amarga
Tu pálida voz
Flor de lino
Grisel
Niebla del riachuelo