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Robin Wood, una vida de leyenda: "Él tiene el humor de Pepe Sánchez y la hidalguía de Nippur"

BigBang dialogó con Leandro Paolini Somers, uno de los tres biógrafos autorizados por Wood para contar su impresionante historia que incluye selva, pobreza, abandono y éxito. 

por Alejo Paredes

25 Julio de 2021 08:00
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Si de vida de cuentos hablamos, la de Robin Wood es sin duda la más impresionante de todas. Basta con contar que el historietista, reconocido por series como Nippur de Lagash y Dago realizadas para la editorial Columba, nació en la selva paraguaya, fue maltratado cuando era chico, abandonado por su madre, no reconocido por su padre, vivió en la calle y se transformó en obrero a los 13 años en el Paraná, para que su historia capte el interés de propios y ajenos.

A lo largo de sus 77 años, actualmente padece una enfermedad neurológica irreversible producto de su edad, Wood logró cautivar con sus personajes e historias hasta el punto de convertirse en un ícono de la cultura argentina: creó más de 95 personajes y escribió alrededor de 10.000 guiones de historietas. De hecho, fue una de esas historias las que atrapó Leandro Paolini Somers y lo motivó a seguir el camino de la literatura.

Paolini Somers, junto al marplatense Julio Nefeleff y Diego Accorsi, son los biógrafos autorizados por Wood para contar su impresionante historia. Desde su descendencia de irlandeses y australianos, pasando por sus abuelos que pertenecían a un grupo de socialistas fabianos y que luego de una huelga de esquiladores, decidieron huir del país y radicarse en algún lugar donde pudiesen vivir sus valores hasta su arribo a Paraguay.

?En diálogo con BigBang, el escritor oriundo de Ramos Mejía y que culminó sus estudios en Estados Unidos, resaltó que su amor por la lectura y la fantasía se los debe en gran parte a Wood. "Me siento identificado con él, así como le pasa a millones de personas que encuentran en la literatura un refugio de sus problemas. A mi no me gustaba jugar en la calle, me gustaba leer cómics o historietas de Robin Wood", resalta.

Robin Wood tuvo una infancia humilde e intensa en la selva paraguaya, donde creció hablando en gaélico, escocés e irlandés. Muy joven y casi muerto de hambre, descubrió en Buenos Aires que las historias que había escrito estaban publicadas y, que además, eran todo un éxito. "Fue uno de los ladrillos básicos del desarrollo de mi personalidad durante la adolescencia, cuando uno se refugia en la lectura", explicó Paolini Somers, hoy radicado en Necochea.

Él, junto a Nefeleff  y Accorsi, lanzaron el libro “Robin Wood, una vida de aventuras”: "Dicho sea de paso está excelentemente editado por El Ateneo, que hizo una tirada inusual, al punto que está en todas las librerías del país. Sugerimos mucho, pero que el diseño del material emule a aquellas entregas de la editorial Columba fue mérito de la editorial que entendió enseguida a dónde queríamos ir. No tuvimos que objetarles nada".

Feliz por el resultado de la biografía -que cuenta con un apéndice con sus primeras 200 historietas, un guion y una anécdota de una fanática de Wood durante la última dictadura militar-  Paolini Somers remarcó que desde la editorial El Ateneo  entendieron "cómo es el tono que debía que tener el libro". "Solo tuvimos que corregir fechas", aclara y agrega que Wood llegó a valorar las casi 300 páginas del libro antes de enfermar. 

Robin Wood es responsable de los mejores momentos literarios de aquellos que crecieron en la Argentina en la segunda mitad del siglo XX. Actualmente pasa sus días en Paraguay, aquejado por un mal neurológico que ya no le permite leer ni escribir. "Él tiene el humor de Pepe Sánchez, más allá de lo histriónico y lo tontuelo, y la cultura e hidalguía de Nippur de Lagash", afirmó Paolini Somers.

Por casi medio siglo, Wood escribió cientos de guiones de historieta y viajó por todo el mundo. Enfrentó cada día guiado por su determinación y sus ganas de vivir. La biografía autorizada de este autor se llevó a cabo mediante la pasión, sinergia, talento e investigación de Accorsi, Neveleff y Paolini Somers: "Creo que no existe la casualidad, sino la causalidad. Nos cruzamos en el momento adecuado para hacer este libro, quizás por o mismo destino".

La entrevista completa a Paolini Somers sobre el libro “Robin Wood, una vida de aventuras”

¿Por qué decidiste alejarte de las novelas de ficción para abordar una biografía autorizada?

- Esto se fue dando en paralelo porque si bien yo escribí un libro de cuentos que salió en formato de blog (76 mujeres - libro agotado - 2018) y el gran gancho es que estaba acompañado de ilustraciones, en esa misma época conozco a Diego (Accorsi). Al contarle la historia de Robin, descubro que él tenía el mismo fanatismo por él. Entonces me cuenta que su nombre es así, me relata la historia de vida y si bien no me gusta usar el término cinematográfico tiene una vida de superación.

Ahí pensé que era una historia que había que contar. Toda la parte está escrita como si fuera una novela de ficción. Comienza con los viajes de sus ancestros escoceses a Oceanía para trabajar la tierra que vinieron a buscar. La historia avanza hacia el siglo XX, guerras mundiales mediante, y sigue con la llegada de Robin en 1944 y con esa vida de niño desvalido, maltratado físicamente y casi abandonado, que encuentra en los libros ese refugio que da comienzo a la leyenda. 

¿Por qué elegiste trabajar en la biografía de Robin Wood?

- El gancho fue que descendía de irlandeses, que su nombre no era inventado. Él como escritor es uno de los mejores tres historietistas para mí. Creció en la selva paraguaya hablando en gaélico, escocés e irlandés. Se convirtió en el receptor de una larga tradición irlandesa de “contador de historias”. 

¿Costó convencerlo para que accediera a autorizar la biografía?

- No porque nosotros ya lo conocíamos a través de Diego, quien a su vez lo conocía desde el 2001. Cuando yo me decido a hacer el libro, comencé a buscar en todos los medios escritos, en español e italiano. todo lo que había de Robin Wood. Fue un año de investigación absoluta y le dijimos la verdad: que íbamos a hacer su biografía con o sin su autorización. Pero como nos conocía, nos dio el visto bueno. 

Lo bueno es que yo lo conocí en un evento del 2012, donde confirmó su historia. Fue en una charla de colectivo llegando a Belgrano con Diego. Nos bajamos en un bar en Crámer y Congreso de Tucumán. Una vez que Robin vino a Buenos Aires, nos juntamos con él y fuimos con un cuestionario preciso. Fechas y cosas que se podían contar y cosas que no. Nos vimos varias veces hasta que perdimos contacto porque él vive en Paraguay.

¿El libro busca contar el antes de la llegada de Wood, pero porqué se retrotrae hasta 1770 para llegar a 1944?

- Nos pareció muy interesante la historia de sus ancestros: socialistas que decidieron irse a Australia porque en Argentina estaban otorgando tierras. Sin embargo, cuando llegan, después de meses viajando en barco, se terminan reubicando en tierras en medio de la selva de Paraguay dadas por el Estado porque ya no entregaban las tierras en Argentina. 

Maltratado de chico, fue abandonado por sus padres, tuvo que trabajar a partir de los 13 años mientras vivía en la calle, ¿considerás que la suya es una historia de superación?

- Absolutamente. Es uno de los principales motivos por el que yo me enganché como autor. Me parecía extraordinaria su historia de superación, que su padre no se haya hecho presente más allá de la cultura de esa época y que la madre tuviera una cuota de abandono importante. Es criado por su abuela y por más que tenía trabajos duros, hachero cortando leña frente al río o en una fábrica de pegamento, su refugio fue la literatura.

Me siento identificado con Wood, así como le pasa a millones de personas que encuentra confortante refugiarse en la literatura. A mi no me gustaba jugar en la calle, me gustaba leer cómics o historietas de Robin Wood. Durante la adolescencia mi refugio fue la lectura y a partir de los 20, cuando uno se encuentra inadecuado e infeliz por momentos, mi refugio fue la lectura.

Si tuvieras que elegir un personaje de Wood, ¿cuál crees que se asemeja más a él?

- No hay uno en particular, todos tienen un poquito de él. Pero si estuviera entre la espada y la pared y tendría que elegir diría que él tiene el humor de Pepe Sánchez, más allá de lo histriónico y lo tontuelo. También tiene la cultura e hidalguía de  Nippur de Lagash. Pero es Dago mi personaje favorito porque es un tipo inteligente, recipiente y más castigado. Es un trotamundos que tiene muchos componentes de la vida de Robin y me estoy metiendo mucho como lector en ese personaje.

¿Qué significa Wood para el género? 

- Una de las intenciones detrás del libro, dicho sea de paso está excelentemente editado por El Ateneo que hizo una tirada inusual al punto que está en todas las librerías del país, fue el de destacar su historia de leyenda. Pasar de no tener ni un centavo al éxito como guionista de historietas en la mayor editorial de Latinoamérica, recorrer el mundo y ser uno de los más prolíficos escritores del género en la lengua castellana da cuenta de su capacidad para sobreponerse.

El diseño del material emula aquellas entregas de la editorial Columba. Sugerimos mucho, pero eso fue mérito de la editorial que entendió enseguida adónde queríamos ir. No tuvimos que objetarles nada. Entendieron cómo es el tono que debía que tener el libro. Solo tuvimos que corregir fechas. Wood fue uno de los ladrillos básicos del desarrollo de mi personalidad durante la adolescencia cuando uno se refugiaba en la lectura.

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