27 Marzo de 2019 12:32
El 18 de marzo de 1976, a las tres de la mañana, el pianista brasileño Francisco Tenório Cerqueira Júnior salió del hotel Normandie, en Rodríguez Peña 320, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de comprar cigarrillos y un remedio. Fue la última vez que lo vieron con vida. Tenório había venido a la Argentina como pianista de la banda de Vinicius de Moraes. Tenía el pelo largo, lentes y barba: un look muy riesgoso en la Argentina de la predictadura. Faltaban seis días para el golpe de Estado, pero la Argentina estaba en Estado de Sitio desde noviembre de 1974 y las bandas parapoliciales y paramilitares ya habían empezado a secuestrar gente.
Tenório Jr. con Mutinho y Azeitona, músicos de la banda de Vinicius. Foto tomada poco antes de su desaparición.
Tenório Jr. tenía 34 años, era un músico genial, un pianista anclado a la vez en el samba y en el jazz que tenía una carrera enorme por delante, entre su trabajo acompañando a otros grandes artistas de su país (además de Vinicius, Milton Nascimento, Gal Costa, Egberto Gismonti y otros) y su propia carrera solista. En 1964 había grabado un disco exquisito, "Embalo". Tenía propuestas para tocar con Gerry Mulligan y con Chet Baker en los Estados Unidos. Según Ruy Castro, el crítico más importante del Brasil "la música brasileña podría haber sido otra si Tenorio no hubiera desaparecido. Es el eslabón perdido de la modernidad artística". Tenório, además, estaba casado y tenía cuatro hijos y una esposa embarazada del quinto.
Su disco solista
La noticia de su desaparición se la dio a Vinicius el guitarrista Toquinho. "Tenorinho desapareció", le dijo, por teléfono al poeta, que estaba alojado en un apart Hotel de la avenida Marcelo T. de Alvear. Vinicius, que tenía una cierta idea de lo que estaba ocurriendo en la Argentina, comprendió que el hecho era grave. Habían tocado apenas unas horas atrás a sala llena, delante de 3200 personas en el teatro Gran Rex, y ahora se lo había tragado la tierra. Ya estaba vigente el Operativo Cóndor, un plan coordinado entre dictaduras de América Latina para perseguir a disidentes y opositores.
Además de ser una figura internacional, Vinicius había sido diplomático en su país. Tenía contactos. Los usó. Hizo todo lo que podía para que su músico y amigo apareciera. "Llamó a hospitales, comisarías y hasta depósitos de cadáveres", sintetizó con exactitud brutal el colega Juan Carlos Mannarino. El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe. Fue la sentencia de muerte de Tenório.
“Lamentamos informar el fallecimiento del ciudadano brasileño Francisco Tenório Júnior, músico de profesión, residente en la ciudad de Río de Janeiro. El mismo se encontraba detenido a disposición del PEN, lo cual fue oportunamente informado a esa embajada. El cadáver se encuentra a disposición de la embajada en la morgue judicial de la ciudad de Buenos Aires”, escribió con un cinismo asqueroso, el represor y asesino Jorge "Tigre" Acosta. En el libro "Nuestro Vinicius", la periodista Liana Wenner afirma que según diversos testimonios, el 27 de marzo de 1976 Tenório Jr. fue asesinado por Alfredo Astiz de un tiro en la cabeza. Vinicius nunca más quiso volver a la Argentina, un país donde se secuestraban y asesinaban pianistas.