Tras su éxito rotundo con “Las malas”, que se convirtió en bestseller y fue traducido a varios idiomas, Camila Sosa Villada reedita su obra prima “Tesis sobre una domesticación”, que, según ella, iba a ser un fracaso.
Una novela con un ritmo feroz, en donde el deseo es el protagonista y arrasa con la vida de una actriz trans y de su marido, un abogado homosexual.
La actriz, sin nombre, rememora su pasado en el campo, con un padre agricultor y una madre “hippie”. Un tiempo que no fue muy grato, donde entre quemaduras, tratamientos hormonales, gritos y golpes, comienza a sentirse mujer y abandona para siempre un género que nunca sintió suyo.
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La narrativa de Sosa Villada es siempre visceral. En este matrimonio narrado por la escritora, hay una sobredosis de deseo, pero no de uno por el otro, sino hacia el afuera. Un impulso que la pareja ni siquiera es capaz de esconder ante el escrutinio del otro.
Una mujer que nunca creyó en el amor, se termina casando con un hombre homosexual, que siente atracción por otros hombres más jóvenes, y que, de repente, le propone formar una familia. Se encapricha con ella, con tenerla de su brazo, lucirla como un accesorio resplandeciente en diversas fiestas.
Embarcada en un proyecto que jamás la convenció, la actriz comienza junto a su marido, los trámites para la adopción, mientras vive paralelamente un intenso affaire con su productor teatral.
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Sus ambiciones son muy claras: destacar su carrera artística, independientemente del dinero. Y es por esto que, esta actriz cínica y ególatra, se deja la piel en el escenario y entre bambalinas, su único espacio de refugio frente a una vida inmensamente tediosa y agotadora.Los vínculos de esta novela son cruentos y desgarrados. Desde varias perspectivas, muchas veces violentas, se desentrama el universo de la actriz.
El lazo con su hijo adoptivo, portador de HIV positivo, con grandes habilidades artísticas que irritan a la vez que deslumbran. Un niño que proviene de una familia destruida, huérfano desde muy pronta edad, y criado entre sustancias y cuchilladas.
La relación brutal que la actriz tiene con su padre y con su madre, divorciados desde hace años y corroídos por un rencor profundo. Un medio hermano sumergido en alcohol que la detesta y un marido que no busca complacerla a ella, sino alimentar la imagen que ella le da puertas afuera.
Relaciones defectuosas, que están al borde de la rotura permanente. La llegada del hijo termina por desbaratar lo que ya se sabía perdido: un matrimonio destinado al quiebre, al dolor. Una angustia que termina siendo adictiva, algo que es imposible de frenar para la actriz, quien se asquea cada vez más ante cada paso en falso que da el abogado.