por Rodolfo Palacios
12 Enero de 2017 22:30“Es raro, pero siento que yo no estuve ese día, como si las cosas le hubiesen pasado a otro”, confiesa uno de los ladrones. Aquel 13 de enero de 2006, el día estaba nublado. Como todos los veranos, los medios transmitían desde las playas marplatenses. Pero ese mediodía, cinco hombres entraron en el banco Río de Acassuso y se hicieron dueños de ese lugar.
El banco indemnizó a todos los clientes damnificados.
La prensa informó que era una toma de rehenes. Los canales de noticias transmitieron en vivo. Después de varias horas de tensión, la Policía entró en el banco y no encontró a ningún ladrón. Los rehenes estaban sanos y salvos. “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”, decía una nota escrita por el líder de la banda y que fue encontrada en la bóveda.
“En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores
En ese momento, los rufianes iban camino a un escondite a celebrar y repartirse el botín millonario. Fue un robo único en el mundo porque nunca una banda había combinado una toma de rehenes con un boquete. BigBang volvió al lugar de los hechos con el dron y, desde el aire, muestra el recorrido que hicieron los ladrones.
Los pistoleros cayeron tiempo después, fueron juzgados y condenados, pero ahora están todos libres porque la Cámara de Casación bonaerense confirmó que actuaron con armas de juguete. ¿Qué fue de la vida de los ladrones del siglo a diez años de cometido el gran golpe? BigBang te lo cuenta en esta nota.
El líder
Fernando Araujo: es el verdadero ideólogo y líder del audaz robo del siglo. Planificó el golpe durante un año y cuatro meses. La idea se le ocurrió a los 38 años. Es artista plástico y profesor de jiu jitsu. Pensó cometer el robo solo, pero se dio cuenta que iba a ser muy difícil. Le gustaban dos bancos para robar: uno quedaba en Barrio Parque, el otro era el Río de Acassuso. Eligió éste último. Además vivía a diez cuadras de ahí y conocía la zona a la perfección.
Araujo fue condenado, estuvo preso y ahora da clases de artes marciales.
El primer reclutado fue “el ingeniero” o “Marciano”, un vecino y compañero de la escuela. Mientras pintaba un cuadro y fumaba marihuana, a Araujo se le ocurrió lo que para él fue la idea central, lo que haría que su robo fuera único en el mundo: robarlo con las puertas abiertas, bajo la modalidad mixta de boquete y toma de rehenes.
El plan era verse rodeado. Que la policía desplegara 300 hombres alrededor del edificio pensando que todo ocurría en la planta baja con los ladrones y los 23 rehenes, pero lo importante pasaba en el subsuelo, donde vaciaban las cajas de seguridad.
Robaron unos 25 millones de 145 cajas de seguridad sin que la Policía se diera cuenta.
En la actualidad, Araujo goza de libertad condicional. Vive en Palermo. Trabaja en un atelier y es personal trainer. Sigue siendo un apasionado de los deportes de riesgo, cada tanto hace parapente, se tira en paracaídas o hace rafting. En un futuro planea radicarse en Europa, pero antes sueña con un viaje por la India.
Productores de cine y cineastas lo buscan para comprar los derechos de su historia. No hace mucho, el líder reconoció que la palabra “ricachones” pudo ser ofensiva para Acassuso. “Tendría que haberle puesto bacanes”, dijo. También pasa sus días escribiendo escenas para la película del robo que probablemente comience a rodarse este año.
La otra pasión de Araujo: las artes plásticas.
El “Ingeniero”
Sebastián García Bolster: al principio no quería sumarse a la banda. Pero Araujo lo convenció. Se ocupó de la construcción del dique y de resolver con practicidad los inconvenientes técnicos que el líder le planteaba. No entró en el banco. Esperó desde afuera del boquete que comunicaba a la salita del banco con el desagüe fluvial por donde escaparon con 19 millones de dólares y 80 kilos de joyas.
El llamado “Ingeniero” durante el juicio oral: se encargó de la construcción del dique.
En la actualidad, Bolster está libre, escribe un guión de una historia de acción (no es del robo al banco) que quiere presentar a algún cineasta interesado. Además sigue trabajando en su taller, donde arregla autos y motos. No volvió a ver a ninguno de sus compañeros. Dice que fue su debut y despedida en el delito.
Volvió a su vida normal y jura que no volverá a delinquir.
El hombre del traje gris
Luis Mario Vitette Sellanes: la “estrella” de la banda pasa sus días en Uruguay, donde vive con su esposa Elicet y su hijo Lucciano, que tiene un año y dos meses y será bautizado a fin de mes. "Marito" Fue la cara del audaz robo, por su histrionismo en los reportajes televisivos, sus ocurrencias en Twitter (tiene más de 15 mil seguidores) y por las canciones que compuso con Sergio Zajdenberg, miembro del grupo musical Los Trovadores de Venus. Vitette fue una pieza clave del asalto: además de cavar el túnel mano a mano con Araujo, fue el encargado de negociar con el policía del Grupo Halcón durante dos horas.
“Marito” posa con el disfraz que usó para robar el banco. Fue quien “negoció” con la Policía.
Estudió teatro para cumplir ese rol fundamental para ganar tiempo, burlar a la Policía y permitirle a sus compañeros vaciar las cajas de seguridad. Recibió propuestas para ser protagonista de un documental, de una obra de teatro de humor y de un cineasta, pero negó todos los ofrecimientos. “Tengo una contadora implacable y una billetera llena”, dice cada vez que le proponen algo.
“Las joyas que vendo son legales”, aclara, por las dudas.
En San José, su ciudad natal, atiende una joyería “Verde Esmeralda”.
Vitette y su esposa Elicete. Recibieron hace poco más de un año a su primer hijo.
El primer capturado
Rubén Alberto de la Torre: es el que pasó más años (ocho) en la cárcel. Ahora disfruta de su libertad. “Beto”, como lo llaman, fue el primero en entrar en el banco, disfrazado con un delantal y una peluca. Fue miembro de la histórica superbanda. Pero su esposa Alicia Di Tullio, hermana de Pepita la Pistolera, lo delató ante los investigadores porque supuestamente pensaba fugarse con su parte del botín y una joven amante.
De la Torre entró en el banco disfrazado de médico.
Sus compañeros lo cuestionaron por ese error. Habían acordado no involucrar a mujeres en la banda. El rufián fue el primero en caer preso. La Policía le secuestró un millón de dólares. No volvió a ver a Alicia Di Tullio, ni a su hijo. Ella cuida ancianos en un hospital. Beto escribió un libro sobre el robo y en la actualidad escribe otros relatos.
De la Torre no terminó en buenos términos con el resto de la banda.
Chofer audaz y descuidista
Julián Zalloechevarría: el paisa está en libertad. Pasa el tiempo con su esposa y su nieto. Estudia Derecho y dice que está retirado del delito. Aunque le falta inversionistas, le gustaría abrir un restorán o bar temático sobre el robo del siglo, con un boquete y túnel incluido para que los comensales lo visiten.
En el robo se ocupó de robar los dos autos que usó la banda y fueron abandonados. Los robó, por pedido del líder, sin armas ni violencia. Además se ocupó de conducir la combi con la que fugaron y tenía un agujero en el piso que coincidía con la alcantarilla de Libertad y Tres Argentos. Por allí subieron los miembros de la banda. Iba a entrar en el banco, pero por una herida que tenía apor un tiroteo con la Policía debió limitarse a las funciones que le encomendaron.
Julián Zalloechevarría, en el medio, ahora estudia Derecho.
Los dos misterios
A una década del robo, no se sabe dónde está el resto del botín. Y quiénes son los otros dos ladrones que participaron del robo pero nunca fueron detenidos ni sospechados.