Pasaron 16 años del día en que el boliche Cromañon, ubicado en el barrio de Once, murieron 194 jóvenes y otros 1432 resultaran heridos durante un recital de la banda Callejeros como consecuencia del incendio que se desató en una mediasombra que cubría el local bailable.
Desde ese terrible momento, los familiares de las víctimas y sobrevivientes de la tragedia se unieron para pedir justicia, y aunque el dueño del lugar y los integrantes de la banda Callejeros fueron presos, ahora lo que buscan es la patrimonialización del local bailable.
Por esto mismo, a principios de diciembre se presentaron en la Legislatura porteña para pedirle a los Diputados que traten la aprobación del proyecto antes de fin de año, algo que finalmente no sucedió.
"Patrimonialización significa proteger el boliche, que está en manos de Rafael Levy, para que no se pueda usar para determinados fines, que no se construir allí un edificio y que tampoco se pueda tocar la fachada", explicó en ese momento a la prensa Silvia Bignami, la mamá de Julián Rozengardt, quien murió a los 18 años en Cromañón.
En una primera instancia, los familiares redactaron un proyecto para que el edificio sea expropiado para poder levantar allí un espacio de memoria; no obstante, desde el oficialismo porteño le transmitieron que ello no era viable, por lo que elaboraron un nuevo expediente por la patrimonialización que contempla una protección estructural del edificio.
Lo cierto es que desde aquel 30 de diciembre fatal, el lugar permanece cerrado, pero los familiares y sobrevivientes indicaron que el dueño del local inició una serie de intervenciones en el interior, como pintar paredes y retirar todos los objetos que permanecían allí y que pertenecieron a los jóvenes que concurrieron aquella noche al recital.
Las condenas
En base a lo que se pudo reconstruir, se sabe que el incendió comenzó cerca del arranque del show luego de que un espectador tirara al techo una bengala, lo que provocó el fuego en una media sombra con material inflamable. Cuando comenzó el intento de evacuación del lugar, los jóvenes se encontraron con las puertas de emergencia bloqueadas con candado.Esto generó que muchos comenzaron a respirar el aire tóxico y se produjera la asfixia con gases como monóxido de carbono que salían de la media sombra y sus materiales inflamables. Al no poder salir afuera, los chicos empezaron a desesperarse, y muchos de ellos fallecieron por haber respirado ese humo.
Durante todos estos años, varios juicios se llevaron a cabo en búsqueda de justicia. En el primero de ellos se juzgó y condenó a empresarios e integrantes de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal por pagar y cobrar coimas a empresas por certificados de tratamientos contra incendios o sus revalidas.
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En el segundo proceso estuvieron sentados en el banquillo de los acusados el gerenciador de Cromañón Omar Chabán, los músicos de Callejeros y tres funcionarios del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, entre otros.En esa oportunidad, los jueces Marcelo Alvero, María Cecilia Maiza y Raúl Llanos condenaron a Chabán a 20 años de prisión; al manager de Callejeros Diego Argañaraz y al subcomisario Carlos Díaz a 18 años; a las ex funcionarias Fabiana Fiszbin (era subsecretaria de Control Comunal del gobierno porteño) y Ana María Fernández (ex directora adjunta de Fiscalización y Control) a dos años y cuatro meses; a la mano de derecha de Chabán, Raúl Villareal, a un año en suspenso y a realizar tareas comunitarias. Sin embargo, los músicos de Callejeros fueron absueltos.
Sin embargo, la Cámara Federal de Casación Penal revocó la decisión, y luego modificó las penas: para Chabán 10 años y nueve meses de prisión; para Díaz ocho años; para Patricio Fontanet siete años; para Villarreal seis años; para Argarañaz, Christian Torrejón, Juan Carbone, Maximiliano Djerfy y Elio Delgado cinco años; para Daniel Cardell tres años; para Fiszbin cuatro años; para Torres tres años y nueve meses de prisión; y para Fernández tres años y seis meses que luego fue rebajada a dos años y 10 meses.
Los condenados quedaron detenidos el 21 de diciembre de 2012, pero estuvieron presos cerca de un año y ocho meses porque en agosto de 2014 la Corte aceptó tratar los casos de varios de ellos, y finalmente quedaron en libertad los músicos de Callejeros, Villarreal y los tres ex funcionarios.
Aún así, volvieron a prisión en abril de 2016 después que Casación primero y la Corte después dejaran firmes la sentencia. Allí comenzaron a cumplir la pena, y algunos como el ex subcomisario Díaz, Djerfy y Fernández recibieron la prisión domiciliaria. Todos al cumplir los dos tercios de la condena accedieron a la libertad condicional y en 2014 murió tras una larga enfermedad Omar Chabán.
El recuerdo que no se borra
Para recordar a los 194 fallecidos, este miércoles los familiares y amigos organizaron una serie de actividades de manera presencial y virtual y una marcha entre Once y Plaza de Mayo para rendir homenaje a las víctimas.La jornada empezó a las 12 con una radio abierta, una galería de arte en la calle y la movilización desde el santuario que recuerda a las víctimas, situado a metros de donde funcionó el local bailable, hasta la Plaza de Mayo.
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Luego, a las 17 en la Plaza de Mayo se hará una intervención que contempla la colocación de una vela y una huella por cada una de las 194 personas que murieron.Ya para las 18.30 se realizará una nueva marcha desde la Plaza de Mayo al santuario, donde una hora después está prevista la lectura de un documento por parte de los organizadores y el emplazamiento de una escultura.