A cinco meses del crimen de Luis Espinoza, el peón rural asesinado por policías en la localidad tucumana de Melcho, los 10 oficiales que están acusados del delito de "desaparición forzada de persona seguida de muerte", permanecen actualmente detenidos con prisión preventiva.
Aunque la investigación avanzó a pasos agigantados durante los primeros meses, la familia espera ahora que pronto la causa sea elevada a juicio y que los imputados sean finalmente condenados.
"Hay uno solo en libertad, eran 11 los acusados y uno ha salido apenas pasó todo. Hablamos sobre eso con el fiscal, dijo que no le llegó todavía el informe sobre la situación de este hombre, pero que lo iba a pedir", contó a BigBang Claudia, hermana de Espinoza.
Hace unos días, la familia del peón asesinado se mostró muy preocupada cuando se enteraron de que la policía Mirian González había pedido la domiciliaria, y por eso, quisieron hablar con los investigadores la causa, convencidos de que ese beneficio no le correspondía a la imputada.
Del igual manera, el policía Salinas hizo la misma solicitud, aunque finalmente el Representante del Ministerio Público, mediante una llamada, les aclaró que no le iba a "otorgar ningún beneficio" a los acusados, lo que los dejó "un poco más tranquilos".
"Ahora estamos esperando la fecha de juicio. Que seguro será el año próximo porque ya no queda nada para este año", comentó Claudia, quien al ser consultada por BigBang acerca de qué pasó el día en que mataron a su hermano, ella explicó que cree que debieron estar drogados los policías, porque hasta el día de hoy no puede entender cómo hicieron una cosa así.
Durante los meses de investigación se pudo comprobar que Luis Espinoza fue asesinado por un disparo que realizó el policía José Morales el pasado 15 de mayo en la localidad de Melcho, cuando el peón regresaba de la casa de su sobrina junto a su hermano, ambos a caballo.
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De un momento a otro, los dos quedaron atrapados en medio de un operativo policial para desarticular un carrera de caballos que se llevaba a cabo de manera ilegal, y por defender a su hermano, Luis recibió un disparo en su hombro izquierdo, lo que terminó con su vida.En ese momento, los policías escondieron su cuerpo, lo subieron al auto del comisario Rubén Montenegro, y luego de pasar por la comisaría para sacarle la ropa y envolver el cadáver en un plástico con ayuda de otros oficiales, arrojaron el cuerpo en el paraje Las Banderitas, en la frontera con la provincia de Catamarca.
Aunque se tardó una semana en poder descubrir qué habían hecho los policías con Espinoza, dos oficiales se quebraron, y contaron todo lo que había sucedido. Desde entonces, permanecen detenidos Rubén Montenegro, José Morales, Mirian González, René Ardiles, Víctor Salinas, Carlos Romano, José Paz, Gerardo González Rojas, Claudio Zelaya y Héctor Villavicencio.
En junio de este año, el juez a cargo de la causa, Mario Velázquez, dictó la prisión preventiva para los imputados por seis meses, y a pesar de que el 19 de octubre pasado los abogados defensores de González Rojas, Zelaya, Romano, Paz, Villavicencio, Ardiles y Salinas pidieron la libertad de sus clientes, la Justicia rechazó el recurso de los letrados.
Según consideró el abogado de Paz y Ardiles, ambos prestaron ayuda a la fiscalía y por ello recibieron amenazas, y como no hay riesgo de fuga y tampoco entorpecimiento de la Justicia, deberían quedar en libertad.
El letrado de González Rojas dijo que el oficial nunca efectuó disparos y el representante de Villavicencio sostuvo que existe una falta de motivación suficiente en contra de su defendido, por lo que pidieron que cese también para ellos la prisión preventiva.
Del mismo modo, el defensor de Salinas consideró que la calificación jurídica a la que arriba el juez de Instrucción podría ocasionar un problema de competencia en la Justicia Federal, mientras que los letrados de Zelaya y Romano plantearon la nulidad de la imputación y la libertad de sus clientes.
Pese a estos argumentos, la Cámara de Apelaciones rechazó estos motivos, y aclaró que el vinculo existente entra la víctima, los imputados y los testigos, más la cercanía donde residen y la pena en expectativa para los imputados, son indicios suficientes como para que permanezcan detenidos.
El hecho
El brutal crimen ocurrió el pasado 15 de mayo, cuando Espinoza y su hermano Juan Antonio volvían a caballo por la localidad de Melcho, y de un momento a otro, la policía inició un tiroteo para dispersar una carrera de caballos que se llevaba a cabo de manera ilegal.La familia de los hermanos contó a ese sitio que el caballo de Juan Antonio se asustó con el ruido, y que él cayó al suelo, donde fue agarrado por los oficiales. Como sabía que a su hermano le costaba respirar, Luis pidió que no le hicieran nada, y cuando fue a ayudarlo, recibió un disparo en su hombro.
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Ese mismo día, la mamá del peón fue a radicar la denuncia por su desaparición, porque después de que liberaran a Juan Antonio, el hombre no aparecía por ningún lado.Sin embargo, en la comisaría de Chicligasta le indicaron a la madre que le correspondía hacer la denuncia en Rodeo Grande, y ahí le avisaron que en realidad debía hacerla en Monteaguado.
De este modo, la familia del peón salió de Chicligasta hacia Monteguado, y a las 20 del viernes llegaron a la comisaría, donde les informaron que el comisario Rubén Montenegro ya se había ido, pero que tenía pensado regresar el sábado a la mañana.
El sábado fueron de nuevo a la comisaria para hablar con el comisario, y tras esperar, les tomó la denuncia a las 13. Una semana después, el cuerpo de Luis fue hallado en el paraje Las Banderitas, en la frontera con la provincia de Catamarca, lugar al que los policías viajaron después de haber trasladado el cadáver del trabajador desde la comisaria de Monteguado.
Por el testimonio de los agentes que se quebraron, se pudo comprobar que Espinoza fue asesinado en el monte, que allí mismo el comisario cargó el cuerpo en su propio auto y que con ayuda de los otros oficiales hizo un cordón policial para que ninguna persona pudiera entrar a ver lo que había pasado. Cuando se iba, Montenegro le dijo a la madre de Luis que se quedara tranquila porque era seguro que su hijo pronto iba a aparecer.