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Justicia y memoria

A diez años del femicidio de Lola Chomnalez: el eco de un caso que marcó una década de lucha por justicia

El responsable del femicidio fue sentenciado a 27 años y medio de cárcel recién en abril de este año. Una investigación marcada por las demoras y la incertidumbre.

30 Diciembre de 2024 13:17
A diez años del femicidio de Lola Chomnalez
A diez años del femicidio de Lola Chomnalez

El 28 de diciembre de 2014, el nombre de Lola Chomnalez se convirtió en un emblema de la búsqueda de justicia. La joven de 15 años había viajado a las costas uruguayas para pasar las fiestas de fin de año junto a su madrina. Lo que prometía ser una experiencia inolvidable se transformó en una tragedia: dos días después de salir a caminar por la playa de Barra de Valizas, su cuerpo fue hallado semienterrado en un médano. La autopsia reveló detalles escalofriantes: Lola había muerto por asfixia por sofocación, con arena en los pulmones y cortes en el cuello.

Lola Chomnalez
Lola Chomnalez

Hoy, a una década de su brutal femicidio, el caso de Lola sigue resonando en la memoria colectiva. No solo por la crueldad del crimen, sino también por la prolongada lucha de su familia para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. En abril de 2024, finalmente, el asesino material de la joven, Leonardo David Sena, fue condenado a 27 años y seis meses de prisión. Sin embargo, el camino hacia esta sentencia estuvo plagado de obstáculos y frustraciones. 

Desde el momento en que se halló el cuerpo de Lola, la investigación estuvo envuelta en incertidumbres. Las primeras sospechas se dirigieron hacia el entorno más cercano de la joven y la comunidad local, pero las pistas iniciales resultaron inconcluyentes. Fue recién en 2019 cuando Ángel Eduardo Moreira Martínez, conocido como "El Cachila", fue procesado como coautor del crimen. Sin embargo, en 2023, su papel en el caso fue redefinido: fue condenado a ocho años de prisión por encubrimiento, desvinculándolo como autor material del homicidio.

El avance decisivo llegó en mayo de 2022, cuando Sena fue arrestado gracias a un peritaje genético realizado con tecnología de última generación. La genetista Natalia Sandberg y su equipo trabajaron durante dos años en la comparación de las manchas de sangre halladas en las pertenencias de Lola, que finalmente coincidieron con el ADN de Sena. Este avance permitió vincularlo directamente con el crimen y aseguró su procesamiento por homicidio muy especialmente agravado.

Los padres de Lola Chomnalez
Los padres de Lola Chomnalez

Para los padres de Lola, Adriana Belmonte y Diego Chomnalez, la lucha no terminó con la condena de Sena. Durante estos diez años, se convirtieron en un ejemplo de perseverancia y dignidad frente a la adversidad. Con el acompañamiento de los abogados Jorge Barrera y Juan Raúl Williman, la familia atravesó innumerables audiencias, reuniones con fiscales y jueces, y viajes entre Argentina y Uruguay en busca de respuestas. "Hoy podemos dormir con menos dolor. Se hace justicia con la condena emitida," expresó Jorge Barrera tras el fallo contra Sena. La frase resume el sentimiento de alivio contenido, pero también deja entrever la herida que nunca terminará de cerrarse. La memoria de Lola trasciende su trágica muerte: es un llamado a combatir la violencia de género y a exigir sistemas judiciales más eficaces. 

La adolescente había viajado a Uruguay a pasar la fiesta de Fin de Año con su madrina
La adolescente había viajado a Uruguay a pasar la fiesta de Fin de Año con su madrina

El caso de Lola Chomnalez no es solo una historia de horror, sino también de resiliencia y amor. Su femicidio expuso fallas estructurales en los procesos de investigación y en la protección de las mujeres frente a la violencia. Pero también reveló la fuerza de una familia decidida a transformar su dolor en justicia. Diez años después, el nombre de Lola sigue siendo recordado, no solo como víctima, sino como símbolo de una lucha que, aunque con avances, está lejos de concluir. En cada marcha, en cada demanda por justicia, está presente su historia y, sobre todo, su nombre, un recordatorio de que ninguna vida debe ser apagada por la violencia.

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