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A tres años de la muerte de Gabriela, la joven que el Hospital de Clínicas "abandonó"

Gabriela Cano falleció luego de que los médicos se negaran a tratarla en plena pandemia del COVID-19. 

por Alejo Paredes

26 Julio de 2023 19:59
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Norma Fernández no tiene dudas. Los asesinos de su hija tienen nombre y apellido: Sebastián AlessandriaAdriana Bermúdez. El primero integraba el equipo que había tratado a su hija del tumor en el cuello del útero que le había sido diagnosticado en 2019. La segunda era la jefa del área de Oncología Ginecológica del quinto piso del Hospital de Clínicas. Ambos le dieron la espalda a Gabriela Cano, una joven de 31 años que amaba las películas de Disney, pasar el tiempo con sus tres hermanos y soñaba con ser kinesióloga. Fue el destrato, la frialdad y la poca humanidad de los médicos de Clínicas los que marcaron su destino. "Acá estoy, con fuerza, para seguir con esta lucha contra la impunidad de algunos, contra la Justicia que no actúa, es la única manera, si no me pongo fuerte es imposible llegar a donde queremos llegar, que es que cada uno pague por lo que hizo", le señala Norma a BigBang.

Este jueves 27 de julio se cumplen tres años de la evitable muerte de Gabriela. Tres largos y extensos años desde que Norma se puso sobre sus hombros la lucha por llevar ante la Justicia a aquellos que le dieron la espalda a su hija: "La causa está archivada porque la fiscalía hizo caso al perito que puso la misma fiscalía, la misma Justicia, que recopiló todas las historias clínicas de Gabriela desde un año en adelante, justificando que, porque Gabriela había tenido una enfermedad preexistente, que había tenido una enfermedad renal que estuvo dializada, que se la trasplantó y que en la última época estaba -después del trasplante- inmunosuprimida, que todo eso ayudó a que la enfermedad avanzara y que fue imposible pararla".

Mientras habla, Norma aprieta con sus manos una serie de hojas, fotocopias del expediente y detalles de la causa para no olvidarse de nada. "La perito sostuvo que, de todas maneras, Gabriela iba a morir. Esa fue la conclusión de todo su estudio de historias clínicas. O sea, Gabriela iba a morir como vas a morir vos, como voy a morir yo. Se aceleró el proceso precisamente por el abandono que tuvo, no porque tuviera una enfermedad preexistente", expresó la mamá de la víctima, con una mezcla de bronca y dolor por todo lo que tuvo que vivir su hija. "Te puedo asegurar que hasta el último minuto ella estuvo consciente, despierta y luchando", afirmó.

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Pero como toda historia, lo mejor es comenzar desde el principio. En mayo de 2019, el ginecólogo particular de Gabriela, del Hospital de Wilde, le pidió a la joven que se sometiera a unos controles médicos debido a que creía que algo andaba mal. Lamentablemente, los estudios confirmaron aquella enfermedad y la derivaron al área de Oncología Ginecológica del quinto piso del Hospital de Clínicas.

En ese momento, con una gran fortaleza, ánimos de combatir aquel tumor que amenazaba con ponerle fin a sus sueños y el completo apoyo de su familia, Gabi empezó a ser paciente de ese lugar. Aquel tratamiento lo terminó a fines de febrero de 2020. Su doctora, luego de que la joven se sometiera a Quimioterapia, Radioterapia -con rayos por fuera para que no afectaran el riñón que le había sido trasplantado en 2016 a causa de la insuficiencia renal originada por una enfermedad que la aquejó desde su niñez- y Braquiterapia, con rayos "por dentro" que reducen el tumor inmediatamente, vio los resultados y le dijo que el tumor ya no estaba.

A raíz de la buena noticia de que el tumor se había reducido hasta el punto de no aparecer en las tomografías, el equipo del Hospital de Clínicas la "felicitaron", advirtieron que la quimioterapia no la había afectado físicamente y que debía comenzar un control periódico y prolongado durante los próximos cinco años para evitar que haya un retroceso. "Le dijeron que no había indicios de que continuara avanzando eso, que estaba bárbara y le dieron el alta. En aquel momento, Norma pidió turno para su hija para el mes de abril, sin esperarse que explotara en el país, y en el mundo entero, la pandemia del coronavirus que afectó drásticamente al demacrado sistema sanitario argentino.

Gaby estaba médicamente "sana" en febrero de 2020. Trabajaba y hacía una vida más que normal: salía con sus amigos, iba a bailar y estudiaba. "Ella estaba en perfecto estado de salud, pero cuando llamo para el primer control, me dicen que había empezado todo este tema de la pandemia, nos pidieron que esperáramos un poquito, porque en principio se decía que la pandemia  iba a durar 15 días o un mes. Pero en abril, Gabriela empezó con problemas, con alguna pérdida, con algún dolor. Tomaba la medicación que le habían dado por si tenía dolor, que no es la medicación paliativa, sino medicamentos que tomamos habitualmente cuando tenemos algún dolor", resaltó Norma.

Y continuó: "Hasta el 20 de abril, que Gabriela pasó una noche fatal de muchos dolores incontrolables. Ella empezó con pérdidas, con dolores, era todo en la parte lumbar y en la pelvis. Entonces, el 21 decidí traerla al Hospital de Clínicas. Me pareció lo mejor. Los médicos estaban. No era que el hospital se había cerrado, sino que trataban de no atender consultorios por el tema de la pandemia. No se puede cortar un tratamiento oncológico de ninguna manera. Y así el tratamiento hubiese terminado, lo ideal es que haya un grupo de médicos, que son quienes tienen la historia de ella y conocen todo el proceso de ese año".

Ese 21 de abril de 2020, Gabriela y Norma llegaron al Hospital de Clínicas. Les hicieron los controles obvios de la pandemia, les tomaron la temperatura en el hall y les hicieron algunas preguntas. "Nos indicaron que fuésemos por donde estaba marcado el piso hacia el ascensor. De ahí, nos dirigimos al quinto piso. Vamos directamente a oncología ginecológica, la hago sentar a Gabi debido a como estaba, y veo que por el pasillo sale uno de los médicos que era del equipo y que la conocía, que era el doctor Sebastián Alessandría. Muy mal llevado siempre, con un carácter terrible. A ella la trataba muy bien, pero tenía muy malos modos con los familiares", denunció. 

Y siguió: "Yo me acerco a él, él queda de espaldas a Gabriela, y le digo doctor, por favor, la traje a mi hija porque está terriblemente mal y no sé qué le pasa, y son ustedes los que tienen que saber. No se dio vuelta para mirarla. Directamente me dijo: ´usted se tiene que retirar del hospital porque está abocado a la pandemia. Por órdenes de la dirección, el hospital está únicamente para atender pacientes con COVID´. El Clínicas tiene tres cuerpos, cantidad de pisos como para tener pacientes con COVID sin necesidad de ocupar un lugar de pacientes que necesitan atención, porque un paciente oncológico no lo podés abandonar, es imposible".

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Norma cuenta que Alessandria siempre estuvo de espaldas durante la conversación y era un médico que tuvo "muy mala formas", o maneras de tratar a sus pacientes. "Directamente le dije que Gabi era paciente de ellos, que por favor la asistiera y que me dijera qué hacer. Porque yo no pretendía tampoco que la internara ahí. Que me dijera qué hacer, porque en caso de que él me dijera bueno, el hospital está 100% abocado al COVID, no sé, dame una derivación en algún lugar con un resumen de historia clínica para que alguien sepa realmente cuál es su diagnóstico, en qué etapa estaba. Nada, nada. Y de muy malos modos me dijo que me tenía que ir del hospital, que me fuera a una guardia", le detalló Norma a este sitio.

Según recordó, el profesional de la salud las echó a ella y a Gabriela, quien a duras penas podía mantenerse de pie. "Me echó literalmente del hospital. Gabriela, que pobrecita, siempre fue muy del ´no discutas´. De atrás me hacía señas que nos fuéramos. Estaba dolorida, terrible. Bueno, de hecho nos fuimos del hospital. Cuando la dejo sentada en la escalinata de la puerta para ir a buscar el auto fui pensando qué hacer con ella porque no la podía dejar en esas condiciones sin atención. Entonces hablé por teléfono con su ginecólogo. Me dijo, bueno, pasá por el hospital de Wilde, que es donde la atienden. Mucho acá no tenemos para hacer, pero vamos a aplicarle algún calmante", contó.

En ese lapso, totalmente desesperada, Norma pudo contactarse a través de Facebook con Adriana Bermúdez, jefa del área de Oncología Ginecológica del quinto piso del Hospital de Clínicas, y le escribió: "Me siento dolida y decepcionada por el maltrato que recibimos, fuimos porque no teníamos otra opción. Estamos hablando de una paciente oncológica que se siente muy mal".  "Le dije, doctora, no estamos hablando con cirugía estética, estamos hablando con oncología. No sé qué hacer con Gabi, no sé qué hacer. A esa altura, ya había llamado al hospital María Curie, llamé al hospital Roffo, que también tienen especialidades en oncología", explicó. 

La respuesta, tan insensible como la del primer médico, fue: "Tiene que buscar algún otro hospital que la atienda. De ninguna manera debieron permitir que subieran al quinto piso. Solamente se atiende COVID". Según la mujer, le contó a Bermúdez lo que había ocurrido y resaltó que la médica le respondió que el doctor "había actuado correctamente" porque ellos tenían dirección de no atender a nadie que no sea por COVID. "A partir de ese 21 de abril hasta el 14 de julio, que fue internada en el Hospital Rossi de La Plata a través de un familiar que trabaja ahí y pudo lograr que la metieran, Gabriela fue en deterioro continuo, cada vez peor", relata Norma, con la voz quebrada.

Por aquella época, si bien los hospitales o clínicas no estaban saturados con casos de coronavirus aún, por norma y protocolo no aceptaban nuevos pacientes para no saturar el servicio médico. El 12 de mayo, Norma volvió a escribirle a la responsable de Oncología Ginecológica del Clínicas insistiendo para que examinaran a su hija y ofreciéndose a pagar "lo que sea" por una consulta particular. La respuesta fue breve: "Seguimos igual", le dijo la médica.

Ya el 10 de junio, desesperada por el delicado estado de su hija, volvió a mandarle un mensaje: "Mi hija está con problemas serios asociados a su enfermedad. No entiendo el abandono a una paciente". Ya no hubo respuestas, hasta que el 8 de julio, le envió: "Mi hija Gabriela no volverá a atenderse con ustedes porque cuando más los necesitó no la asistieron. Ella se encuentra en el Hospital Rossi de La Plata y necesita un resumen de la historia clínica. Por favor, ¿me lo pueden enviar?". 

No sólo no recibió contestación alguna, sino que Noma fue bloqueada por la doctora Bermúdez. Su hija Gabriela Cano, de 31 años, murió el 27 de julio. "Gabriela en ese entonces, que lo supe después, tenía una pelvis congelada que se llama -aclara- a cuando todos los órganos del abdomen se fusionan y ya no tenés control de nada y no tenés cada órgano funcionando como corresponde. Los riñones, ni la vejiga, ni el colon, ni el útero, es toda una cosa extraña que hace que toda esa parte de la pelvis, la vulva hasta la cola, se ponga en un estado impresionante, difícil de manejar, difícil de asistirla, difícil de higienizarla, difícil todo", recordó, con inmenso dolor.

Gabriela, luego de que el Clínicas le diera la espalda, estuvo internada en el hospital de Wilde una semana, casi otra semana en la WOM, una clínica en la Unión Obrera Metalúrgica que les correspondía por la obra social, en Avellaneda, donde tampoco la pasó muy bien. "Ella ingresó con todo un proceso extrañísimo y no sabía que tenía, le hicieron una tomografía, dijeron que tenía una neumonía, la aislaron, la hisoparon y la dejaron tirada en una habitación aislada con todo lo que llevaba encima. Casi que pensaron que tenía COVID, digamos. O sea, pensaron que tenía COVID y todo el resto fue abandonado. Entonces Gabriela se pasó, entre otras cosas, una noche tirada en el piso del baño porque no podía llegar al baño, se cayó, llamó, nadie la asistió. No te puedo decir. Fue la noche que me llamó y me dejó ese audio tan doloroso pidiéndome que la vaya a buscar", destacó. 

Todo se extendió hasta el 13 de julio. A esa altura, Gabriela ya no podía comer, todo lo vomitaba y le costaba ir al baño. "Pasó tres meses enteros yendo de un lado para otro donde solo la emparchaban. Ese 13 de julio la llevamos al Hospital Rossi de La Plata, gracias a una prima que es instrumentadora ahí", reveló y añadió: "Del 21 de abril al 13 de julio lo que la peleó Gabi. O sea, estamos hablando de dos meses enteros. Dos meses donde vos veías el deterioro diario, por horas. Vos la veías a la mañana, al mediodía era otra persona, a la noche era otra. Toda la noche quejándose, ya la medicación de paliativos no le hacía efecto. Y sin saber exactamente qué es lo que tenía", resaltó Norma.

Aquel 27 de julio representa en la vida de Norma el peor día de su vida: "No quiero hablar de detalles porque... Me destruye, pero... Realmente fue terrible. Ella falleció a las 20.40 de ese lunes 27 y te puedo asegurar que hasta el último minuto estuvo consciente, despierta. Y luchando. La querían sedar para que llegara al final sedada. Y sin embargo, ella no se durmió. Le aplicaban todo lo que te puedas imaginar, pero no se durmió". Aquel 27 de julio de 2020, pasadas las 20, Gabriela convulsionó, fue atendida por los médicos que retiraron a los familiares de la habitación y al rato le confirmaron la muerte de la chica de 31 años.

Los últimos días de Gabriela fueron en familia. De hecho, lograron que su abuela paterna pudiera ingresar al Hospital Rossi para poder ver a su nieta. Norma inició acciones legales contra el Hospital de Clínicas por "incumplimiento de los deberes de funcionario público y por abandono de persona seguido de muerte". La denuncia penal ingresó el 14 de octubre en las fiscalía de Buenos Aires con el número de ingreso 680116/2020.

La misma quedó en manos de la Fiscalía N°13 y el Juzgado N°18. ¿Cuál fue el último acto de Alessandria para con Gabriela? Negarle su historia clínica. "Desde el hospital de Rossi lo que pidieron, por favor, era la historia clínica para saber cómo actuar. Entonces me comunico con la secretaria de Oncología Ginecológica del Clínicas y me da con Alessandria, justamente. Le digo: ´doctor, soy la mamá de Gabriela Cano, yo la llevé, usted le negó la atención y Gabriela hoy está muy mal en el hospital Rossi y acá el oncólogo necesita resumen de historia. Le pido, por favor, que arme el resumen y va a ir mi hijo a retirarlo´. Me pidió que se la llevara el martes", recuerda Norma con dolor y bronca.

Y cerró: " Le digo: ´doctor, ¿usted me está cargando? Usted le negó la atención a Gabriela. Ella ya no se puede movilizar más ¿Usted pretende que yo la lleve? No, prepárenme el resumen de historia clínica´. Las palabras de Alessandría fueron: ´yo con esta loca no hablo más´ y me cortó el teléfono. Fue mi hijo al otro día, no se lo había preparado, él ni siquiera salió a atenderlo y el segundo día que ya mi hijo fue en otros términos, le entregaron media carilla escrita con una letra ilegible, no porque lo diga yo, sino porque el propio médico del Rossi no pudo descifrar qué decía. Así como agarró el resumen, lo vio y me dijo ´esto no me sirve´".

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