Roberto Romero, acusado de asesinar a golpes de martillo a su mujer María Esperanza Fernández en la localidad bonaerense de San Pedro, fue detenido este sábado, luego de estar prófugo casi una semana.
Luego del femicidio -cometido el domingo 3 de mayo- el sospechoso habría huido en bicicleta y, al parecer, vivió varios días a la intemperie antes de refugiarse en la casa de un familiar. Allí, fue apresado luego de que su presencia fue delatada a las autoridades por uno de sus tíos.
El cuerpo de María Esperanza -madre de cinco hijos- había sido encontrado en su hogar envuelto en una frazada, con ocho golpes de martillo en la cabeza. El hallazgo sucedió luego de que Araceli, una de sus hijas, intentara comunicarse repetidas veces sin éxito con ella.
La joven de 18 años se dirigió junto a su pareja a la casa de su madre. Allí tuvieron que ingresar por una ventana ya que la puerta estaba trabada.
El cadáver fue encontrado por Brian, el yerno de la víctima, en el dormitorio. "Vi que sobre la cama pero debajo de las sábanas había un bulto y también noté una mancha, pero no pensé que era de sangre. Creí que era barro o humedad. Cuando levanté la sábana pude ver un pie y ahí me di cuenta que era mi suegra", expresó frente a la Justicia.
¿También violador?
Paralelamente, a partir del femicidio de María Esperanza, otra de sus hijas -la mayor, de 23 años- reveló que su padrastro y autor del crimen la abusó sexualmente desde los 10 años. Es por eso que los investigadores ahora sospechan que el posible móvil del asesinato sería una venganza.Una nota que Romero dejó junto al cadáver de la víctima habría dado cuenta del vínculo con su hijastra, al que trató de presentar como consentido. Ya había intentado lo mismo en un violento audio que envió a su suegra, madre de María Esperanza, luego de que su nieta le revelara los abusos.