Un hecho que estremece a la ciudad de Punta Alta tiene como protagonista a toda una familia que es acusada de abusar, drogar y explotar sexualmente a dos nenas de 6 y 12 años.
Los acusados son la abuela, un tío, uno de los padrinos y el padre de las víctimas. Recientemente, sólo dos integrantes, el padrino y el padre, accedieron a prestar declaración ante la fiscal, Marina Lara, a cargo de la investigación.
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“El padre dijo que no habían existido los hechos y manifestó que estas imputaciones, las víctimas, las hacen en función que él no demostraba cariño hacia ellas”, contó a La Brújula 24 la funcionaria, cuando terminó la audiencia.Por su parte, el padrino dijo que "las chicas declararon eso" porque habían sido "inducidas por la madre" en función del divorcio que se estaba llevando adelante con el padre.
Cómo comenzó el calvario
La investigación considera que fue la abuela de las menores la jefa del clan. En su casa de Coronel Rosales se llevaban a cabo las citas con decenas de hombres mayores de edad, que pactaban previamente el encuentro con fines sexuales.
De acuerdo con el expediente, no existe una fecha exacta de cuándo comenzó el calvario, pero según lo que se pudo reconstruir todo comenzó entre el 5 de octubre del 2011 y el año 2014, cuando una de las nenas tenía entre seis y 10 años; y la otra entre ocho y 12; aunque para la fiscal los abusos siguieron hasta el 2019.
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Como todo abuso, el sometimiento al silencio es el modus operandi que rige y para este caso no fue la excepción. Según el fiscal, para asegurar el silencio de las víctimas, su abuela les suministraba somníferos o estupefacientes, y las amenazaba con con matarlas o lastimar a otros integrantes de su familia si no cooperaban.
Dentro de todo este calvario, las menores también debían soportar una práctica escalofriante por parte de su abuela: con un camisón azul, un pañuelo blanco sobre la cabeza que le tapaba el rostro, la mujer las asustaba con un horrendo disfraz. Así vestida, les repetía una y otra vez las cosas que les iban a suceder si no hacían lo que les pedía.
Actualmente, la UFI N°14 del departamento judicial de Bahía Blanca lleva adelante la causa. La fiscal aseguró que llegará “al fondo del caso” y que, en caso de ser condenados, los imputados podrían recibir penas de hasta 50 años de cárcel.
En el caso de la abuela, el padre y el padrino, los cargos que les imputa la justicia son los mismos: promoción y explotación de menores de edad agravados, y suministro de estupefacientes. En tanto, para el tío de las menores, la acusación es por abuso sexual gravemente ultrajante y reiterado.
A su vez, la fiscalía aún espera los informes escolares de las víctimas. En estas últimas horas, la fiscal se refirió a los elementos secuestrados durante el allanamiento que derivó en las detenciones: computadoras y un celular. Al respecto, señaló que si bien todos los dispositivos fueron reseteados por los imputados, la Justicia intentará recuperar toda la información necesaria.