Mar del Plata se estremece con la detención de un hombre de 40 años acusado de haber sometido durante casi una década a dos mujeres a un calvario de abuso, tortura psicológica y violencia extrema. La Fiscalía N°1 de la ciudad, a cargo de Florencia Salas, logró en tan solo tres meses reunir pruebas contundentes para encarcelarlo. El primer caso denunciado data de junio de 2015, cuando el agresor inició una relación con una mujer, que en aquel entonces tenía 18 años.
La joven vivió un infierno hasta septiembre de 2019, momento en que logró denunciarlo y huir de Mar del Plata por miedo a sus amenazas. Años después, la pesadilla volvió a repetirse con otra mujer: entre 2019 y 2024, una segunda víctima quedó atrapada en la misma telaraña de horror. El acusado ataba a sus parejas, filmaba los abusos y, según denunciaron, incluso intentó forzarlas a ser atacadas por un tercero. En una escalofriante perversión, se sabe que obligaba a una de las mujeres a presenciar sus encuentros sexuales con otro hombre, grabando cada momento. "Características aberrantes. En ambos casos igual", le señalaron las fuentes al medio 0223.
Todo salió a la luz cuando, en octubre de 2024, la primera víctima volvió a denunciarlo al enterarse de que otra mujer había sufrido lo mismo. La Fiscalía, con la colaboración del Centro de Asistencia a la Víctima, logró reunir los testimonios y confirmar un patrón de abuso sistemático. Los indicios eran tan contundentes que se ordenó de inmediato un allanamiento en la vivienda del acusado, ubicada en Roque Sáenz Peña al 2500. El operativo, realizado por la DDI local con el aval de la jueza de Garantías Rosa Frende, culminó con la detención del sujeto. En el lugar se secuestraron un celular y un disco duro que será peritado en las próximas horas.
De acuerdo con las autoridades, en los dispositivos podrían contener evidencia irrefutable de los abusos denunciados. "Hay un altísimo nivel de violencia a mujeres vulnerables", destacaron las fuentes del caso y agregaron: "Si bien eso no habría sucedido, el agresor después obligaba a la mujer a ver cómo él mantenía relaciones con su amigo, además de registrar en video lo que pasaba en la vivienda". El acusado fue trasladado a la Unidad Penal N°44 de Batán, donde aguardará su indagatoria. Mientras tanto, las víctimas, que cargan con cicatrices imborrables, esperan que la Justicia esta vez no les falle.
Las fuentes judiciales coinciden en la aberrante naturaleza de los hechos: "Un nivel de violencia extremo, patrones repetidos, mujeres vulnerables sometidas a un ciclo de terror". Ahora, la investigación continuará su curso, con la posibilidad latente de que nuevas víctimas se animen a romper el silencio. El horror fue descubierto. La impunidad llegó a su fin. Pero la herida que dejó este caso en la ciudad tardará mucho tiempo en cicatrizar.