Hay noches en que Silvio Adrián Canciani no puede dormir. En su celda de la cárcel de Ezeiza, donde está detenido por un robo con armas, imagina que van a matarlo de un momento a otro. No prueba la comida que le dan los guardias por temor a ser envenenado y camina por el pabellón con una idea fija: cree que un preso traidor lo va a apuñalar por la espalda o ante el mínimo descuido. Hubo un tiempo en que su forma de rebelión era silenciosa: llegó a coserse la boca en señal de protesta contra los jueces. Pero ahora es distinto. Decidió no callarse más. Además de denunciar que fue violado por un guardia, revela que en esa cárcel venden droga y dejan salir a los presos para robar.
"No quiero salir muerto de acá, en silla de ruedas o con un ojo menos. Por eso decidí hablar y denunciar la corrupción de los guardias de Ezeiza", dice Canciani a BigBang, desde el teléfono público del pabellón de Ingreso B del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.
Ezeiza, puertas adentro: violaciones, tortura y puerta giratoria para robar.
Relato del horror
Canciani vive su propio infierno personal. Su peor dolor, según confiesa, lo vivió el 25 de junio de 2012 en Ezeiza. "Me había cosido la boca porque el juez Axel López no me daba la libertad asistida pese a que estaba todo listo desde hacía dos meses. Más allá de que la protesta era contra la Justicia y no contra el Servicio Penitenciario Federal, tres guardias me metieron en buzones y me exigieron que me descosa la boca. Me golpearon hasta que uno de ellos me violó. Me metió un palo en el ano. Sangré hasta el otro día, no querían que me viera ningún médico. Me quisieron apretar pero al verdugo se le fue la mano. 'Qué hacés, pelotudo', le dijeron sus compañeros. El violador se llama Sergio Leonardo Speroni y lo peor de todo es que lo veo todos los días".
"Un guardia me violó. Sangré hasta el otro día. Estoy vivo de milagro
La denuncia de Canciani no quedó en la nada. El juicio en contra de Speroni está cada vez más cerca. De hecho, el titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional n°1 de Lomas de Zamora, Alberto Santa Marina, declaró en junio clausurada la etapa de instrucción de la investigación por lo sucedido aquella noche en Ezeiza.
Silvio Adrián Canciani denunció a un guardiacárcel por violarlo en el 2012 en Ezeiza.
"No quiero salir muerto de acá, en silla de ruedas o con un ojo menos. Por eso decidí hablar y denunciar la corrupción de los guardias de Ezeiza
El acusado
Sergio Leonardo Speroni deberá afrontar un juicio por lo sucedido el 25 de junio del 2012.
El infierno en la Tierra
Según informó el sitio web fiscales.gob.ar, "luego de esposarlo, al interno lo obligaron a desnudarse y comenzaron a golpearlo. Un agente, aún no identificado, le pisó las costillas y le arrancó parte de cuero cabelludo". "Los peritos probaron que fui violado, de eso no hay dudas. Pero el violador sigue trabajando", denuncia Canciani.
El guardiacárcel Sergio Speroni, denunciado por presunta violación, compartió este meme en Facebook.
Las 12 revelaciones de un hombre desesperado
“Llevo 20 años deambulando como un cadáver por las cárceles. Las conozco más que mi casa. Devoto, Caseros, Ezeiza. Por eso conozco a fondo a la corrupción penitenciaria”, dijo Canciani.
“Me metí con la mafia más grande que hay, si aparezco muerto, saben de dónde viene”.
“Yo no sé si salgo vivo. Me están volviendo loco. Quieren verme muerto. Mi esposa ya no viene a verme porque la última vez la desnudaron cuando no es necesario porque pusieron un escaner para las visitas”.
“Si el juez Áxel López me hubiese liberado, hoy estaría sano y salvo, con mi esposa y mis tres hijos”.
El dinero se reparte entre alimentación, mantenimiento y cuestiones edilicias.
“Acá siguen sacando detenidos para salir a robar. A mí me lo ofrecieron una vez. Me dijeron que iba a salir, hasta el arma me daban. Les dije que sí porque pensaba salir y no volver”.
“Los guardias venden falopa. El jefe de talleres tiene un gato que le vende porro a dos lucas. Merca también venden. En los talleres de costura vi a unos pibes que estaban tomando y era un asco: les sangraban la nariz”.
“Esto es una pesadilla. Sigo viendo todos los días al guardia que me violó. Es el que viene a buscar a los pibes para llevarlos al taller. Y además trae la comida. Por eso no como lo que me traen. ¿Cómo sé si no me quieren envenenar? O usar a otro detenido para que me de un facazo”.
Canciani estaba en el módulo 4. Ahora está alojado en el Ingreso B de Ezeiza.
“Esto es una locura porque no me dejan vivir. Escucho una llave y es una tortura. Cuando hay requisa me suelen pegar o amenazar para que retire la denuncia”.
“Nunca me dieron contención psicológica y psiquiátrica”
“Con la comida también curran en la cárcel. ¿Por qué entran veinte vacas al penal y a nosotros nos llegan los huesos pelados? Hacen negocio con las carnicerías de Ezeiza. Hasta la papa se roban. Ningún preso se anima a hablarlo, por miedo”.
“Vi con mis propios ojos cómo dejaban escapar, por la puerta anti motín, a un paraguayo que pagó 500 mil pesos a los jefes. Tenía una condena de 17 años”.
"Lo que dice el interno en relación a los casos de corrupción está viciado de falsedad. Además nunca lo denunció por la vía oficial", dijo una vocero del Servicio Penitenciario Federal.
Sin embargo, Canciani está decidido a ir a fondo con su denuncia y continuará con su medida de protesta: “Voy a hacer huelga de hambre hasta mi muerte. Prefiero estar muerto antes de vivir en esto. Me están enloqueciendo”.