16 Junio de 2023 14:49
La escena fue tan brutal como inesperada para Jorge Daniel Blanco, un vecino de Rafael Castillo de 32 años que se encontraba haciendo ejercicio en un gimnasio de la intersección de Victorino de la Plaza y Granville. Allí, en la tarde noche del jueves, vio cómo ingresaba y se dirigía hacia él Sara Beatriz Garay, su ex suegra de 65 años. En un instante cuando ya estaba cerca de él, la mujer sacó un arma de fuego y le vació el cargador, impáctándole sólo dos disparos en su codo izquierdo y dos más que le rozaron una pierna y su cadera.
Blanco corrió y se refugió por el lugar, mientras que la agresora se retiró en su auto como si nada hubiera pasado. Nada tuvo que ver la relación que el hombre mantuvo con su hija, sino que lo que la llevó a Garay a intentar matarlo, tiene que ver con su otro hijo, quien falleció por un anemia que, según la mujer, fue producto de los anabólicos que le dieron en el gimnasio de la víctima.
"Ella señala a mi hermano como responsable de la muerte del hijo. Dice que le dieron anabólicos y cosas que le hicieron mal a su salud pero nada que ver, el chico murió por anemia, según dijeron en el hospital", declaró Valeria, hermana de Blanco, ante los medios de prensa.
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Por el ataque al hombre lo trasladaron al Hospital General de Agudos Doctor René Favaloro, donde fue atendido, compensado y curado a la perfección, dejándolo fuera de peligro. Garay se encuentra prófuga y la Policía y la investigación que encabeza Andrea Palín, desde la Fiscalía N° 9 de La Matanza están detrás de su pista. Hasta el momento la causa es por abuso de armas y lesiones, aunque no se descarta para nada que la carátula cambie a intento de homicidio."Está en alguna iglesia evangélica que la está protegiendo", asegura Valeria respecto al paradero de la agresora, quien conoce de cerca las costumbres de Garay, por haber sido familiar política cuando era la suegra de su hermano.
La teoría acerca de que alguien la está protegiendo es la más probable, luego de que la investigación no diera con la sexagenaria prófuga en los principales lugares por los que suele moverse.Según las cámaras de seguridad del gimnasio, el hecho ocurrió a las 19:13 del jueves, por lo que todavía no se llegaron a las 24 horas buscándola. Además, según le dijeron fuentes judiciales al diario La Nación, la agresora tendría problemas psiquiátricos.
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La Policía encontró el auto de Garay y la mujer seguiría en contacto con su hija, que fue quien informó que estaba en un templo evangelista, pero sin poder asegurar cuál. "Dentro de todo ellos se veían, seguían. Se separaron pero la relación seguía. Él entraba a la casa de ella de una forma normal", relató Valeria respecto a la relación que su hermano mantenía con su ex pareja.Al mismo tiempo, el reclamo contra la hija de la acusada se mantuvo en pie. "Dice que va a entregar a la madre, pero la está ocultando. Si se comunica tiene que saber dónde está", cuestionó Valeria a la hija de la prófuga.
"Ayer dijo que no entendía por qué la madre hizo eso y por qué lo quiso matar, como que supuestamente está loca. Pero no está loca, la hacen pasar por loca, porque sabe muy bien las cosas que hace", reclamó la hermana del baleado. "Se detuvo porque se le trabó la bala, sino creo que hubiera seguido hasta matarlo, confesó.