28 Noviembre de 2024 15:00
En las primeras horas de este jueves falleció tras descompensarse María Josefa Bonazza, de 79 años, la única sobreviviente del derrumbe que ocurrió a fines de octubre en el apart hotel Dubrovnik de Villa Gesell. Había hecho sonidos con código morse para que la detectaran, mientras estaba bajo los escombros del edificio lindero Alfio 1. Allí pereció su marido Federico Ciocchini de 84 años. Su cuadro se complicó en los últimos días, tras volver al Hospital Municipal Felipe A. Fossati de Balcarce.
La jubilada, a quien apodaban "Pelusa" falleció en la terapia intensiva del nosocomio durante su tercera internación, tras el derrumbe del 29 de octubre. La segunda había sido de urgencia entre el 13 y 20 de noviembre, luego de que el cuadro general que tenía por los politraumatismos y las lesiones óseas en ambos brazos se complicara rápidamente. El primer ingreso que tuvo lo hizo en el Hospital Interzonal General de Agudos en Mar del Plata.
La mujer era abogada y hasta había tenido cierto reconocimiento público con anterioridad, ya que había sido concejal de su Balcarce natal en representación del partido ARI, que fundó Elisa Carrió. Su esposo había sido la primera víctima que rescataron sin vida del derrumbe, algo que lógicamente había afectado a Josefa. "Cuando se nos cayó todo encima, escuché un ´¡ay, ay!´´ y nada más. Y yo le hablaba, le dije, ´Federico, por favor, amor mío, quedate tranquilo, que nos van a venir a salvar. Estamos en medio de una ciudad, en el centro, así que nos van a venir a salvar. Vos quedate tranquilo, no te muevas, vamos a ver cómo nos encuentren. Nos van a encontrar, vas a ver que nos van a encontrar´. No me contestó. Nunca me contestó. Nunca escuché ni una respiración agónica", detalló semanas atrás ante C5N.
En los relatos que brindó a diferentes medios tras haber sobrevivido al derrumbe, recordó que utilizó el código morse para dejar mensajes con sonidos que hacía con su mano. "SOS", repitió hasta que los rescatistas ingresaron, diez horas después, al lugar donde estaba ella. "Dentro de todo estoy bien. Ayer hice un poquito de fiebre en la noche, pero en general estoy bien", había contado la mujer desde su internación original.
"En un momento escuché una sirena lejana y le digo a mi marido, que por supuesto, mi amor, no me contestó, le digo ´tesoro, ponete contento porque ahora ya nos vienen a rescatar, ya escuché la sirena, escuchaste la sirena´. Bueno, entonces me quedé tranquila esperando tener un signo de que estaban cerca, porque no me iba a poner a gritar. Cuando escuché un ruidito, ahí empecé a gritar y decir 'si me escuchan, si me escuchan, contéstenme'. Como no me contestaban, empecé a tantear, a ver si encontraba una piedra, encontré una piedra y empecé a hacer el código morse y con eso me descubrieron", explicó Bonazza.
"Todo mi flanco derecho quedó aplastado con unas vigas enormes, que costó su trabajo para que las pudieran sacar los bomberos. Y yo dije, ´bueno, me quebré la cadera, me quebré todo´. Pero no, me dijeron que tenía huesos fuertes. Yo no tuve desesperación. Te digo que yo tuve tranquilidad, porque desde el principio tuve la certeza de que me iban a salvar. Entonces, no estaba desesperada. Estaba expectante. Estaba tratando de hacer todo lo necesario para ayudar a que me encuentren", había asegurado la reciente fallecida.