Aerolíneas Argentinas despidió a Daniela Carbone, la tripulante de cabina, acusada de realizar una amenaza de bomba en el vuelo AR1302 el 21 de mayo pasado. La mujer de 47 años fue echada de la empresa bajo la tipificación de “despido causado”. La decisión fue oficializada después de que la compañía se convirtiera en parte querellante en la causa contra la ex empleada por Intimidación Pública y Entorpecimiento de Servicios Públicos
Por el momento, la mujer sigue detenida en la cárcel de Ezeiza y está a la espera de que se resuelva su situación procesal. La noticia del despido fue oficializada por parte de la empresa a través de un telegrama que fue enviado a la acusada.
Desde la empresa afirmaron: “La empresa ha corroborado con creces su participación directa / indirectamente (involucrando a su hija en ello) en la referida amenaza de bomba, la cual causó severos perjuicios económicos y reputacionales a la empresa, además del mal momento que le hizo pasar a pasajeros y a la tripulación presente (causándole también daños por pérdidas de combinaciones o por las demoras ocasionadas)”.
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Y continuaron: “Que todo lo expuesto se ve a todas luces agravado por el hecho de que es una persona con su antigüedad en la empresa (24 años de antigüedad), que fue instructora de vuelo por más de 14 años (entre años 2004 y septiembre del 2018) y claramente conocía todos y cada uno de los protocolos de la empresa correspondientes para el caso de amenaza de bomba (más aún atento que justamente usted instruyó al personal de la empresa sobre los mismos y sobre lo que se debe hacer si cualquier persona -pasajero o parte de la tripulación- menciona la palabra 'bomba') y sabía perfectamente los daños que el mensaje de audio enviado le iba a generar a la empresa”.
El caso
Carbone era una azafata de Aerolíneas Argentinas y fue detenida por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) el 30 de mayo, luego de que un vuelo recibiera una amenaza de bomba anónima. Pero más tarde, se supo que en la aeronave iba a bordo su ex pareja.
La mujer trabajaba hace 25 años en la empresa. Incluso fue instructora en la escuela de azafatas. Carbone estuvo de novia con otra empleado de la empresa que iba en el vuelo que amenazó de bomba y se cree que el hombre la había dejado hace poco. El hombre iba con su nueva pareja en Miami. Lo cierto es que la mujer en la mañana del domingo 21 de mayo tomó el teléfono de su hija, le puso un chip prepago y llamó para hacer la amenaza al vuelo “AR1304 Ezeiza-Miami” que llevaba a 270 pasajeros y 12 tripulantes.
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, decía la voz distorsionada del otro lado del teléfono. Al recibir ese llamado, las autoridades activaron un protocolo de seguridad para verificar que no hubiera explosivos. Para eso, la aerolínea postergó siete horas su partida, que le costó una cifra que rondó el millón de dólares.
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Los investigadores rastrearon la llamada y llegaron al teléfono de la hija de la mujer. Si bien la llamada se escuchó con una voz distorsionada, los investigadores manifestaron que la azafata habría utilizado un programa online para distorsionar su voz; aunque eso no evitó que los peritos descubrieran que se trataba de una voz femenina.
Al ser detenida, los efectivos aeroportuarios le secuestraron un iPhone 13 Pro y otro 12 Pro en su domicilio. Los investigadores determinaron que habían sido utilizados y además descubrieron que la mujer había realizado búsquedas relacionadas a cómo distorsionar la voz.
El fiscal Sergio Mola junto al personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria tomaron el caso y la causa quedó bajo secreto de sumario para llevar adelante distintas diligencias. El juzgado interrogó a la tripulación, escuchó al piloto y ordenó el análisis de las comunicaciones. Y hoy se espera la declaración de la mujer. Los cargos en su contra son intimidación pública, entorpecimiento de los servicios públicos y coacción agravada.