Arshak Karhanyan, un policía de la Ciudad que trabajaba en la comisaría 7B de Caballito, fue visto por última vez con vida el domingo 24 de febrero de 2019 a las 13 en la puerta de su departamento, ubicado en el mismo barrio, y desde entonces nunca más nadie supo nada de él. Desesperados por la falta de noticias, en aquel momento su familia hizo la denuncia y desde entonces no dejan de buscarlo.
Aunque es cierto que hay una investigación abierta que está caratulada como desaparición de persona, pasaron ya más de 3 años de aquel día, y las novedades hoy son nulas: nadie sabe qué pasó ni dónde está Arshak.
"La investigación está en la nada, igual que al principio. No tenemos nada para agregar, la Justicia esta dormida", explicó a BigBang Vardush Davtyan, mamá del joven. A pesar de que hace poco se reunió en su propia casa con el presidente Alberto Fernández, quien fue a charlar con ella cuando se cumplieron los tres años de la desaparición, la realidad es que en los últimos meses no hubo una sola nueva prueba para investigar. Las hipótesis que al principio barajó la Justicia se estudiaron, analizaron e investigaron, y aún así no hay datos concretos sobre lo ocurrido.
Incluso se hicieron distintos rastrillajes en diferentes zonas donde se cree que el policía pudo haber estado o pasado, pero ninguno de los procedimientos arrojó resultados que aportaran información crucial.
La familia de Karhanyan forma parte del expediente como querellantes, y justamente luchan porque la carátula de la causa cambie a "desaparición forzada", aunque el juez Julio Alberto Baños todavía no dio lugar al pedido.
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"Nosotros pedimos el cambio a 'desaparición forzada', yo creo que es así, porque una persona que trabaja, estudia, le va bien, y el trabajo no es malo y vivía en un departamento acomodado, ¿por qué se va a ir? Si se quería ir hubiera dicho algo. Desapareció porque alguien lo hizo desaparecer, tres años no son tres horas, cuando un hijo tarda 15 minutos en venir, el padre no deja el celular pensando qué le pasó, y 3 años imagínate lo que es, me levanto de noche porque no duermo", contó apenada.Además, Vardush comentó que su hijo siempre fue una muy buena persona, y que no entiende por qué le pasó una cosa así. "Yo le decía a una clienta que sería una cosa si él fuera malo, si tuviera mal carácter y se juntara con mala gente, pero nunca fue eso. Sus amigos me decían que tenía buen vínculo con todos, hasta en la escuela le dieron el diploma de buen compañero y se llevaba bien con los amigos de la facultad. Lo único que no sé, es cómo se relacionaba con sus compañeros policías", aclaró.
Es que antes de desaparecer, Arshak tuvo un problema laboral. Trabaja en el área de Cibercrimen sobre la investigación por la muerte del ex fiscal Alberto Nismann, y uno de sus jefes le pidió que no analizara uno de los discos recibidos, y que reportara que sí lo había hecho. Incluso, le comentó a su madre que esta situación lo incomodaba, porque en realidad él quería ser honesto y decir la verdad.
"A partir de ese día, me contó que no estaba cómodo, se asustó mucho me parece, porque siempre uno quiere hacer las cosas bien, y no querés que te acusen de hacer algo mal. Yo le decía que hiciera como el jefe le decía, que tenía que esconder un cd, y él me decía que no porque podía ir preso. A la policía le conté esto, y ellos investigan todo lo que digo, pero no acusan a nadie", comentó.
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En este sentido, dijo que cree que el juez de la causa sabe más de lo que dice, pero que por algún motivo no puede hacer mucho más. "Siempre me dicen que tiene mucho trabajo el juez. En los primeros dos meses de búsqueda todos me decían que estaban preocupados, me ofrecían ayuda, me decían que lo estaban buscando, pero yo solo quería encontrar a mi hijo, y ahora directamente me dicen que ya pasó mucho tiempo. Yo a la noche salía a buscarlo por las plazas pensando que le había pasado algo, y ahora ya no puedo hacer más", se sinceró.Las pruebas que hay en la causa no son muchas. Lo que se sabe es que el joven que tenía 27 años al momento de su desaparición, fue visto por última vez por un compañero de la Policía, llamado Leonel Herba, quien ya declaró y dijo no tener nada que ver.
"La justicia a Leonel lo investigó como hicieron con toda la familia, pero no encontraron nada que lo comprometiera. Tenía algunos trabajos sucios, pero no eran relacionados con la causa. Él declaró que no era amigo de mi hijo, sino compañero. Para mi sabe mucho, pero como no lo aprietan, no dice más. Tampoco quiero acusar a una persona que no está confirmada", advirtió.
Cuando la Justicia le preguntó el motivo por el que había ido a visitar a Arshak, Herba explicó que fue a conversar con él por la venta de un autoplan. Ese dialogo duró aproximadamente 40 minutos, y después de eso el joven subió a su departamento, dejó su celular y tras comprar una pala en un comercio ubicado sobre la avenida Rivadavia, salió caminando por esa avenida hacia Flores y dobló para la calle Yerbal.
Lo que resultó siempre extraño es que el departamento quedó listo como si el joven pensara volver pronto, no solo porque no se llevó consigo su teléfono, sino porque tampoco se hallaron cosas revueltas ni se detectaron signos de que alguien más hubiera entrado a la vivienda de forma violenta.
La otra situación que llama mucho la atención de la investigación es que el celular de Karhanyan se peritó, aunque los expertos detectaron que el teléfono parecía como nuevo, y que no tenía ni llamadas ni mensajes que analizar, aún cuando Vardush lo llamó varias veces preocupada porque no aparecía. ¿Qué pasó con esas comunicaciones?
"Abrieron el celular unos meses después de su desaparición y parecía que nunca había sido usado, pero cuando él no me atendía, yo lo llamé varias veces, e incluso una vez atendió alguien el teléfono, y era su hermano que estaba en su departamento buscándolo. Alguien borró todo a propósito. Yo creo que fue la Policía, alguien metió mano, porque incluso yo tengo marcado que llamé desde mi teléfono. Se lo dije a los investigadores y no pasó nada", reveló preocupada.
Según ella, por momentos siente que fue ayer la última vez que vio a su hijo, y en otras situaciones le parece que pasó ya una eternidad y le cuesta mantener viva la esperanza. Es que siente que no la ayudan a ella ni a su familia, y que el caso de su hijo no es prioridad para la Justicia.
"Sufro mucho, estoy segura que mi hijo no se fue porque quería, lo obligaron o hicieron desaparecer, y quiero que cambien el juez de la causa porque no trabaja como corresponde. También quiero que Rodríguez Larreta ponga un poco de él para avanzar en la investigación, porque perder un hijo es un gran dolor para una madre. Los que perdieron un hijo saben que es un dolor muy fuerte y pienso que ya no voy a aguantar más. No quiero riqueza, auto, casa, no quiero nada, solo encontrarlo. A veces cocino algo, y mi marido dice '¡que rico!' y yo le digo que no diga eso, porque me siento mal que a mi hijo le gustaría y no lo puede comer. Alguien le hizo algo malo y creo que la policía está involucrada", cerró dolida.
Para aquellos que puedan brindar datos útiles que sirvan para dar con el paradero del joven, existen 5 millones de pesos de recompensa, y para aportar información se puede llamar al número de acceso rápido 134.