29 Octubre de 2018 05:56
La investigación por la muerte de Jorge Bustamante, el joven de 25 años cuyo cuerpo apareció ayer sin vida en el arroyo Langueyu, comienza a direccionarse contra la última persona con la que mantuvo un contacto; se trata de un amigo con quien conversó seis minutos en la última llamada que realizó el celular de Bustamante.
Según informaron fuentes judiciales, en esa llamada fue en donde Nahuel Morales le dijo que debían encontrarse y hasta le dio indicaciones para llegar al punto de encuentro. Como consecuencia de la triangulación de llamadas la Justicia no sólo dio con Morales, sino que además allanó su vivienda en donde secuestró el celular con el que se realizó la llamada, una moto sin patente y una campera de color rojo con manchas que podrían ser de sangre.
Bustamante, que desapareció en la madrugada del miércoles cuando salió de su casa de Tandil, fue encontrado por un pescador en el lago Langueyu, a 25 kilómetros donde se encontró su auto, un Fiat Palio, que fue quemado y dentro del dual se encontró sangre humana.
Jorge Bustamante tiene 25 años y permanece desaparecido desde el miércoles.
“Mis horas son eternas. No tengo palabras para describirlas”, reconoció Claudia Villalva, mamá de “Jor”, en diálogo con el diario local El Eco de Tandil. .
La Policía encontró su auto quemado a pocas cuadras de su casa.
Las últimas horas de Jorge antes de su desaparición
Uno de los últimos en ver a Jorge fue uno de sus hermanos, Agustín. Era la madrugada del 24 y estaban en la habitación que comparten con su otro hermano, Ezequiel. “Estaba acostado, yo iba a salir y me dijo: 'Mañana jugás una semifinal, pórtate bien y cuidate'. En media hora vuelvo, le dije”, reconstruyó Agustín.
El joven cumplió. Pasados los treinta minutos, volvió a su habitación, pero Jorge ya no estaba. Agustín, su otro hermano, recordó que esa noche estaban viendo películas, cada uno desde su teléfono celular. Cerca de la una de la mañana, le pidió a su hermano que le pusiera a cargar su teléfono.
Los familiares siguen de cerca los rastrillajes.
“Él se levantó, lo enchufó y se fue. Cinco minutos después llamó a mi mamá, pero ella no respondió”, aportó Agustín. “de la puerta de mi casa al auto hay 20 metros. Pudo haber pasado de todo en ese trayecto”, advirtió, al tiempo que sumó otro dato importante: la noche del 25 recibió una llamada de un número privado, pero no llegó a atender. La familia cree que era Jorge o “las personas que lo tienen”.