Por el crimen de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que fue asesinado por la espalada por policías en la ciudad de Córdoba, este martes el fiscal a cargo de la investigación decidió aprehender a otros dos agentes que ya estaban imputados, acusados ambos de haber ayudado a plantar un arma en el lugar donde el adolescente y sus amigos fueron interceptados.
De esta manera, ya son cinco los policías que se encuentran en prisión, mientras que además en la causa hay otros siete imputados que permanecen en libertad.
El asesinato de Correas ocurrió el jueves 6 de agosto a la madrugada en la ciudad de Córdoba, cuando el joven de 17 años circulaba con otros cuatro amigos en un Fiat Argo tras salir de un bar.
En el regreso, los chicos casi son víctimas de un robo, y mientras escapaban de esa situación, fueron interceptados por policías que estaban en un control policial, el cual esquivaron y siguieron la marcha.
Ante esta situación, los oficiales que estaban en la calle gatillaron contra el auto, y una de las balas ingresó por el vidrio trasero del vehículo y entró de manera directa por la espalda de Correas, quien iba sentado justo sobre ese lado.
El chico resultó gravemente herido, y a pesar de que sus acompañantes intentaron llevarlo a un centro de salud, los empleados del Sanatorio Aconcagua se negaron a atenderlo (por eso fueron imputados), y los adolescentes debieron seguir la marcha con Correas herido, hasta que finalmente fueron interceptados por policías que iban en moto.
"Blasito", como le dicen sus allegados, falleció a los pocos minutos, y por el hecho, quedaron detenidos en primera instancia los agentes Lucas Gómez y Javier Alarcón, ambos acusados de haber disparado contra el vehículo.
Gracias al resultado de las pericia balístics, se pudo determinar que la bala que mató a Valentino salió del arma de Gómez, aunque también quedó claro que Alarcón disparó contra el auto.
En total, en el vehículo se encontraron cuatro impactos de bala (más el de Blas), y por ese motivo ambos fueron imputados por el delito de "homicidio calificado, agravado por el uso de armas en grado de tentativa reiterado en cuatro hechos”.
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Luego de ellos, quedó también aprehendida la agente Wanda Micaela Esquivel, quien admitió que por orden de sus superiores, plantó un arma en el vehículo en que los chicos circulaban, con el objetivo de excusarse ante los disparos que dieron contra el Fiat Argo.De este modo, Esquivel quedó imputada también por "encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario", y con los resultados que arrojó la pericia balística, se comprobó que esa arma plantada no funcionaba y que no había sido disparada.
Como la causa continúa avanzando, este martes el fiscal José Mana resolvió entonces detener a la oficial Yamila Martínez y al subcomisario Sergio González, otros dos agentes que ya estaban imputados.
Según explicó a este sitio el abogado de la familia de Blas Correas, Marcelo Buschiazzo, tanto Martínez como González estaban acusados de "encubrimiento agravado y omisión a los deberes de funcionario público", ya que desde un primer momento se sospechó que los dos podrían haber sido quienes ordenaron la imposición del arma en el lugar, debido a que formaban parte del grupo de policías que se encontraba realizando el control en las calles.
"Los nuevos detenidos ya estaban imputados, pero estaban en libertad, y ahora el fiscal ordenó su detención. Hasta ahora ninguno de los imputados ha declarado. Estamos esperando a que termine la investigación previa, para que una vez que esté determinado el hecho, ahí se proceda a hacer las indagatorias", indicó el letrado.
Además, reveló que este martes también se amplió la imputación por "omisión de los deberes públicos y encubrimiento" contra Walter Soria, Jorge Gallegillo y Enzo Quiroga, tres subcomisarios que el fiscal cree que la noche del crimen estaban de turno.
"Hoy hay cinco detenidos, más tres subcomisarios imputados, más los tres empleados imputados del sanatorio Aconcagua, y el fiscal también imputó por 'lesiones leves' a uno de los agentes de la policía motorizada, quien cuando los chicos fueron detenidos, bajó al conductor del auto y le pegó", aclaró Buschiazzo.
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Sobre esto, dijo que en lugar de intentar atender a Blas, que todavía no se sabe si en ese momento seguía con vida, los oficiales se dedicaron a retener a los adolescentes, y a agredir al conductor del auto.
La familia Correas cree que tanto el Gobernador Juan Schiaretti como el ministro de Seguridad de la provincia son responsables directos del crimen de Blas, por lo que esperan que la investigación por la muerte del adolescente sea profunda y permita detener a todos los que tuvieron relación con el hecho.
Más allá de estas nuevas detenciones e imputaciones, el abogado que representa a los padres del joven considera que estas últimas novedades judiciales buscan desviar la atención sobre la responsabilidad del gobernador y los funcionarios de seguridad de la provincia, ya que en los últimos días han sido muy cuestionados por los medios cordobeses.