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Lo dejaron morir

Arranca el juicio que busca justicia para Diego Maradona: una historia de abandono y negligencia

El juicio se llevará a cabo en sala del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro.

11 Marzo de 2025 09:02
Diego Armando Maradona

La sala del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro es hoy el epicentro de un proceso judicial que promete marcar un antes y un después en la historia del sistema de salud. A las 9:30 de la mañana de este martes, el telón se levanta sobre el juicio contra el equipo médico que tuvo en sus manos la vida de Diego Armando Maradona y, según la fiscalía, lo abandonó a su suerte. 

Ocho imputados enfrentan cargos por "homicidio simple con dolo eventual", una figura penal que podría costarles entre ocho y veinticinco años de prisión. Entre ellos, los nombres más resonantes son los del neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes fueron presentados en su momento como los responsables del tratamiento del ídolo mundial. Sin embargo, los fiscales sostienen que en lugar de cuidarlo, lo condenaron a una muerte evitable.

Leopoldo Luque 

El 25 de noviembre de 2020, la noticia sacudió al mundo: El Diego, había muerto en una casa alquilada en un barrio privado de Tigre. La autopsia reveló que su corazón colapsó en medio de un cuadro de insuficiencia cardíaca y edema pulmonar. En ese momento, debió estar bajo el estricto control de un equipo médico preparado. Pero no fue así. La junta médica que analizó el caso fue categórica: Maradona fue "abandonado a su suerte". Su deterioro, según los peritos, fue prolongado y evidente. "Comenzó a morir al menos doce horas antes de su fallecimiento", señalaron los expertos. Ninguno de los profesionales a su cargo tomó las medidas necesarias para evitar la tragedia.

La fiscalía sostiene que Luque, Cosachov y los otros seis imputados no solo descuidaron a Maradona, sino que tomaron decisiones que incrementaron el riesgo de su muerte. El neurocirujano Luque, lejos de asegurar un seguimiento adecuado, minimizó sus síntomas y evitó la consulta con especialistas. La psiquiatra Cosachov, por su parte, indicó tratamientos sin supervisión y aseguró a la familia que su estado era "una decisión espontánea del paciente". El enfermero Ricardo Almirón y su colega Gisela Madrid estaban a cargo de su cuidado diario, pero apenas se acercaban a él. La orden, según declararon, era "no molestar al paciente". 

Pedro Di Spagna, el clínico responsable, lo visitó solo dos veces en 14 días. La coordinadora médica Nancy Forlini y el jefe de los enfermeros, Mariano Perroni, tampoco garantizaron los recursos médicos necesarios para su cuidado. El psicólogo Carlos Díaz, finalmente, admitió que nunca vio una situación semejante: "Maradona vivía con empleados, no con su familia. Era algo inédito". Las defensas de los imputados argumentan que la muerte de Maradona era inevitable. Alegan que su estado de salud era crítico y que, a pesar de los intentos, el exjugador rechazaba la ayuda. "Era un paciente difícil, tomaba sus propias decisiones", afirman.

Agustina Cosachov

Pero los fiscales tienen otra lectura. No se trató de un desenlace ineludible, sino de una cadena de negligencias que selló su destino. "Lo colocaron en una situación de desamparo absoluto", sostienen. No hubo monitores, no hubo controles, no hubo urgencias atendidas. Hubo abandono. El proceso que comienza hoy no es solo un juicio contra ocho profesionales de la salud. Es también un juicio contra un sistema que, según la acusación, permitió que uno de los más grandes ídolos de la historia de este país muriera en condiciones indignas. La sala está llena y las miradas estarán puestas en los jueces Verónica Di Tommaso, Maximiliano Savarino y Julieta Makintach

Matías Morla y Diego Maradona

En las primeras filas, los hijos de Diego buscan justicia para su padre. La querella está compuesta por Dalma Maradona, Giannina Maradona, Jana Maradona, Diego Fernando Maradona y Diego Armando Maradona Sinagra.  Hoy comienza el juicio. Pero el veredicto de la historia ya está escrito: Diego Maradona no murió. A Diego Armando Maradona lo dejaron morir. 

¿Quiénes son los acusados?

Leopoldo Luque: El hombre de 43 años era el médico personal de Maradona y fue quien solicitó la externación del oriundo de Villa Fiorito tras la cirugía por el hematoma subdural. Según fuentes de la causa, hay audios que le habría mandado a la víctima durante los días previos al fallecimiento. 

Los fiscales Cosme Iribarren, Laura Capra y Patricio Ferrari consideran que el neurocirujano omitió ofrecer información sobre la salud de Diego a Dalma, Gianinna y Jana, además de que habría falsificado una firma del ex entrenador en un pedido de historia clínica tras la internación en la clínica de Olivos. En tanto, Luque está imputado de restarle importancia a los síntomas compatibles con una insuficiencia cardíaca, no seguir los controles ni convocar a especialistas.

Agustina Cosachov: Otra de las acusadas más complicadas, la psiquiatra está imputada por haber falsificado presuntamente un certificado médico de una visita que nunca realizó. La profesional indicaba a los enfermeros qué dosis y qué medicamentos debían proveerle al ex jugador de Sevilla. La Fiscalía sostiene que Cosachov, de 40 años, no reguló la ingesta de la medicación de forma personal y aseguró a los hijos de Maradona que lo que ocurría era consecuencia de "la espontánea decisión del paciente".

Ricardo Almirón: El enfermero, que en los últimos días designó a Rodolfo Baqué y Martín Miguel de Vargas como sus dos nuevos defensores (ya era asesorado por Franco Chiarelli), se encuentra acusado de no cuidar a Maradona (al igual que Gisela Madrid). El hombre de 41 años considera que "Pelusa" no quería que ingresen a la habitación y los rechazaba. Una orden que habrían recibido de los médicos era "no molestar al paciente".

Pedro Pablo Di Spagna: El médico de 52 años está sindicado de no controlar el estado de salud del astro argentino, al tiempo que, según la acusación, solo habría concurrido en dos ocasiones a la casa del country de Tigre. La primera vez fue el 12 de noviembre cuando controló al ex entrenador de Gimnasia y Esgrima (LP) de forma personal y ordenó que se realice una serie de estudios, tales como laboratorio, placa de tórax, electrocardiograma, eco doppler. 

El facultativo recomendó que se integre al personal de salud un nutricionista porque ese día Maradona estaba constipado tras comer brócoli con camarones a la provenzal. La segunda oportunidad tuvo lugar el 18 de noviembre, siete días antes del deceso, donde afirmó que no pudo chequear a Diego porque "no se dejó". Los fiscales remarcan que Di Spagna nunca se aseguró de que los análisis indicados se hayan llevado a cabo y por ende no controló la situación.

Carlos Díaz: El psicólogo atendió al campeón del mundo en México 1986 por pedido del abogado Martín Morla. Según figura en su cuenta de LinkedIn, Díaz estudió en la Universidad del Salvador entre 2011 y 2016 y desde 2015 trabaja en la Asociación Civil Íntegra.

De acuerdo a su declaración, "nunca pudo haber influido en la muerte" de Maradona: "Muchas cosas me llamaron la atención de las que vi. En primer lugar, que un paciente viva con empleados y no con su familia es algo que a mí me llama la atención. Es la primera vez que veo esto en la práctica clínica. Por otro lado, en la reunión en la Clínica Olivos, donde estuvieron todos, algunos de sus familiares luego no participaron en ningún otro momento del tratamiento".

Nancy Edith Forlini: La mujer de 56 años era la coordinadora de la gerencia de cuidados domiciliarios en la prepaga Swiss Medical. Tras la última cirugía, la empresa de medicina prepaga le brindó servicios de cuidado a Maradona en el country de Tigre. En un escrito, Forlini acusó a Luque y Cosachov de ser quienes tomaban las decisiones sobre los tratamientos

Mariano Perroni: El jefe de los enfermeros Almirón y Madrid se encargaba de coordinar las tareas a los dos profesionales imputados. Para los fiscales, escribió planillas con información que no coincidía con "el real estado y atención médica que Diego Armando Maradona recibía".