Avanza la investigación por el asesinato de Lucas González, el joven de 17 años baleado por tres efectivos de civil de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires cuando regresaba de entrenar junto a tres amigos en Barracas. En las últimas horas, el fiscal de la causa amplió el pedido de detención a otros ocho efectivos de la fuerza porteña por el encubrimiento del crimen. Las pruebas en contra de los policías y la ampliación de la indagatoria a los otros seis efectivos detenidos por "encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas".
De acuerdo al escrito de 27 páginas publicado por la agencia de noticias Télam, Leonel González Barbella, fiscal de la causa, el juez deberá definir ahora la detención del comisario inspector, Daniel Santana; del comisario Rodolfo Ozan; del subcomisario Ramón Chocobar; de los principales Teresa Scorza y Damián Lobos; del oficial mayor Santos Ochoa; del oficial primero Ernesto Martínez y del oficial Sebastián Baidon. Cabe recordar que en el día de hoy se avanzará con la indagatoria a los que ya están detenidos.
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Entre las pruebas que presentó el fiscal para fortalecer los ocho pedidos de detención se encuentran el "haber hecho insertar datos falsos en las actuaciones labradas" (por parte de la Federal), las "privaciones ilegales de la libertad" de los tres menores que viajaban junto a Lucas en el auto y la "alteración de los rastros y las pruebas". Además, los acusa de haberle "aplicado tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos a Lucas González, Joaquín Zúñiga Gómez y Julián Sosa".
"Los policías aquí acusados fueron quienes participaron en este procedimiento fraguado, donde se continuó con la línea falaz instalada por (Gabriel) Iassi, (José) Nievas y (Fabián) López, aparentando como un 'tiroteo' entre los niños y los policías para forzar ese escenario armado. Les plantaron el arma de cotillón dentro del rodado en el que iban Lucas, Julián, Joaquín y Nieven", sostuvo el fiscal en su escrito.
El testimonio de una vecina que vio el procedimiento fue clave, dado que el fiscal lo citó en su pedido masivo de detenciones: "Los niños permanecieron detenidos y esposados, boca abajo desde el comienzo del procedimiento hasta horas del mediodía, en donde allí mismo también les propiciaron las frases tendientes a imponerles graves sufrimientos psíquicos".
"No olvidemos la situación penosa que debieron sufrir esposados boca abajo y luego sentados esposados durante más de dos horas en una vereda y por siete horas dentro de un patrullero -en total más de diez horas- allí, sin poder comer, ni beber absolutamente nada y con un calor agobiante e inhumano, como lo indicaron durante la reconstrucción y en las exposiciones ante el Instituto Inchausti", prosiguió.
En concreto, el funcionario judicial apuntó contra el comisario Ozan, de la Comisaría Vecinal 4A, a quien acusó de haberse presentado en la escena del crimen "no como un acto de colaboración, ni para garantizar la legalidad del procedimiento", sino "para intentar lograr la impunidad de sus colegas de la Comisaría aledaña".
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"Llama poderosamente la atención que se haga presente en otra jurisdicción que no es la propia (resultando ser la autoridad máxima de una Comisaría Vecinal), ser uno de los primeros en comparecer (...) resultando imperioso que Rodolfo Ozan brinde su versión de los hechos".