Nara Ludmila Flores tenía 19 años y su cuerpo fue hallado el jueves pasado totalmente carbonizado en su casa ubicada en el cruce de 1135 y 1152, de la localidad de Ingeniero Alla, del partido bonaerense de Florencio Varela. A pesar de que el cuerpo había sido completamente incendiado, las autopsia reveló que la joven había sido asesinada a puñaladas y por el hecho detuvieron a su pareja de 21 años, quien se encontraba en las inmediaciones de la casa en la que se produjo el crimen.
En un principio, la muerte de Nara había sido considerada una tragedia accidental, aparentemente ocasionada por un incendio en su casa. Pero mientras su vecinos lamentaban su pérdida, la investigación avanzó y dio un giro de 180°. De hecho, las circunstancias en torno a su fallecimiento comenzaron a despertar sospechas entre los investigadores que analizaban la escena reducida a cenizas y pronto dedujeron que las llamas podrían haber sido intencionado.
La fiscal Mariana Dongiovanni, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 2 de Florencio Varela, ordenó una autopsia que resultó fundamental para confirmar las sospechas. Los peritos forenses concluyeron que la joven no había muerto a causa del fuego. En realidad, Nara había sido apuñalada en al menos siete ocasiones, lo que le provocó un shock hipovolémico y un hemotórax que le causaron la muerte por desangramiento antes de que se desatara el incendio.
Según las fuentes policiales, la ubicación del cuerpo, encontrado carbonizado en la cama, indicaba que la joven de 49 años no había intentado escapar del fuego, ya que no podía moverse al estar ya fallecida. Con estos resultados y el testimonio de varios allegados que describían al novio de Nara como una persona posesiva y violenta, la fiscal solicitó la captura del sospechoso, identificado como MH, de 21 años, quien fue arrestado cerca de su vivienda por efectivos de la Comisaría. 6ª de Florencio Varela.
El detenido quedó alojado como imputado de homicidio triplemente agravado por mantener relación de pareja, por violencia de género y por procurar su impunidad ( por intentar borrar evidencia mediante el incendio para ocultar su responsabilidad en el feminicidio). "La joven fue hallada sobre la cama, carbonizada. A pesar de las llamas, no atinó a huir de la casa porque, lógicamente, no podía moverse. Se desangró producto de las heridas que le ocasionó el arma blanca", señalaron.