29 Mayo de 2016 15:34
El peor de los finales. La autopsia realizada en el cuerpo de Micaela Ortega, la nena de doce años que había desaparecido el 23 de abril en Bahía Blanca, reveló que la adolescente fue golpeada y asfixiada con una remera. Los primeros resultados descartan indicios de un ataque sexual.
Micaela tenía doce años y había desaparecido el 23 de abril en Bahía Blanca.
El cuerpo fue encontrado el sábado por la noche en un descampado cerca de la localidad de Cerri. Tras analizar la actividad de la adolescente en las redes sociales, el fiscal Rodolfo de Lucía ordenó el allanamiento de la casa de un hombre de 26 años en Ingeniero White, identificado como Jonathan Luna.
Jonathan Luna confesó el homicidio. Dijo, además, en dónde se encontraba el cuerpo.
En el domicilio del ahora detenido encontraron el teléfono celular de Micaela y su campera. Durante el operativo, Luna se quebró y confesó el homicidio. Además, brindó las coordenadas que permitieron a los investigadores encontrar luego de 35 días el cuerpo de la nena, que se encontraba en un descampado cerca del acceso sur a Bahía Blanca, a sólo tres kilómetros de la comisaría en la que su madre, Mónica Cid, había radicado la denuncia por su desaparición.
Mónica Cid, la mamá de Micaela, pide Justicia.
Según la confesión de Luna, el homicidio tuvo lugar horas después del encuentro que habían pactado desde Facebook. Los resultados de la autopsia confirman su versión: la muerte de Micaela dataría de aproximadamente un mes.
Detenido a la espera de declarar ante el fiscal de la causa, Luna también fue complicado por la declaración de su pareja, quien le aseguró a los policías de la Delegación Departamental de Investigaciones que el día posterior a la desaparición de la menor, su novio llegó a la casa embarrado.
Los vecinos quemaron la casa de Luna luego de que el hombre confesara el crimen.
El hombre enfrenta otro problema judicial: en el allanamiento encontraron una orden del patronato de Liberados de Río Negro, que lo intimaba a presentarse en esa entidad y a no abandonar la provincia para mantener su libertad condicional. Es decir que no sólo incumplió, sino que además ya tenía librado un pedido de captura.
