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Se dedicaban a realizar entraderas e invertían sus botines en rodados de alta gama. Si bien tienen un fuerte arraigo marginal, los “Chicos Bien” tienen gustos distintos: mantienen su aguantadero en Villa Loyola, uno de los asentamientos más peligrosos del conurbano, pero vivían distinto. Para su día a día residían en coquetos departamentos con amenities incluidas. Para atraparlos fueron necesarios 6 allanamientos, repartidos en San Martín, Tres de Febrero y en Capital Federal. Se pudieron secuestrar 2 pistolas 9 milímetros, 2 revólveres calibre 22, un pistolón y municiones.
Aguantadero. La banda tenía su guarida en Villa Loyola, en el partido de San Martín.
El primero de los “Chicos Bien” fue detenido en una casilla cercana al aguantadero. En Billinghurst se pudo detener a otro de los integrantes de la banda, en una zona de departamentos con comodidades burguesas. Allí se secuestraron las armas y se encontraron objetos que habían sido denunciados por las víctimas de esta banda: televisores LCD, reproductores, computadoras, raquetas de tenis, celulares y joyas. En el allanamiento también se incautó moneda extranjera. Lo llamativo es que no eran euros o dólares si no pesos uruguayos, reales y moneda venezolana.
Otro de los allanamientos fue en Capital, en el barrio de Chacarita, en el edificio donde vive el delantero de River Fernando Cavenaghi. Allí se detuvo a uno de los delincuentes y se secuestraron también computadoras, tablets, celulares, relojes y joyas denunciadas por las víctimas de los robos.
Buenos vecinos. Uno de los “Chicos Bien” vivía en el mismo edificio que Cavenaghi.
Según los investigadores, los integrantes de esta banda invertían sus ganancias en la compra de autos de alta gama, y se movían en ellos para cometer sus entraderas: Audi, Peugeot 206 y 307, Volkswagen Bora, entre otros modelos.