La escena que dejó detenida a la suboficial de la Policía Federal Argentina (PFA) Sofía Chaparro, se viralizó por todas partes. En la estación de servicio Géminis de la localidad salteña de Orán, voló por los aires el tanque de GNC de su Ford Fiesta mientras se estaba cargando, y desperdigó por el lugar varios kilos de cocaína que estaban escondidos en el auto que estalló. Casi por un milagro, ni ella ni sus tres hijos sufrieron heridas, aunque a la nena del medio de 13 años, una esquirla le pegó en un ojo, que finalmente salió ileso.
La mujer había pedido sólo 1500 pesos, cerca de la mitad de lo que cuesta cargar un tanque de esas características en esa localidad. Un indicio de que la droga estaba dentro. Las pericias que le realizaron al vehículo desde la Gendarmería Nacional determinaron que dentro del lugar había, por lo menos, 20 kilos de cocaína, que fue lo que recuperaron Junto a lo que voló, calcularon que sería una cantidad que tasaron en 50 mil dólares norteamericanos.
Por la causa que se le abrió, Chaparro tuvo que prestar declaraciones ante el titular del Juzgado de Garantías N°1 de Orán, Gustavo Montoya. La detenida no prestó declaraciones que revelaran el motivo ni la razón por la que tenía esa cantidad de droga en su vehículo. Fue por eso que el juez le dictaminó una prisión preventiva de 70 días, respecto al hecho que ocurrió el último miércoles.
En el momento del hecho, además de con la niña que quedó levemente herida, también estaban sus dos varones de 9 y 14 años. Ambos tendrían un diagnóstico de padecer trastornos del espectro autista, según registraron en la investigación. Los tres descendientes de Chaparro, se quedaron tras su detención, a cargo de su papá, un salteño que, hasta el momento, está descartado como cómplice en la causa de narcotráfico.
La detenida tiene 36 años y es nacida en San Justo, en la provincia de Buenos Aires. Desde hace 12 es empleada del Ministerio de Seguridad y en los últimos meses se había separado del padre de sus hijos, quien actualmente está a cargo de ellos. A la familia en general le secuestraron cinco teléfonos celulares de los cuales dos pertenecerían exclusivamente a ella.
Si bien todavía no hay ninguna información certera, fuentes policiales ya tienen algunas hipótesis: una de ellas es que Chaparro podría haber estado involucrada en el traslado del cargamento con cocaína desde que procedía de Bolivia, con destino final a Buenos Aires. Lo que sí es oficial es que ella trasladaba particularmente la cocaína desde Corrientes a Salta. Aunque no se sabe si luego iba a salir del país, viajar a Buenos Aires o cuál sería el destino final de la droga.