En menos de 60 días hubo al menos siete episodios diferentes de violencia de barras en la provincia de Buenos Aires, en la Ciudad y en la provincia de Mendoza. Cada uno de ellos en un contexto de enfrentamiento interno entre las diferentes parcialidades de las respectivas barras. A modo de racconto, y luego de lo que fue la pelea en el partido de Nueva Chicago, por el cual hay dos detenidos y un tercero prófugo.
En pleno partido entre el local y Temperley, por la fecha 17 de la Primera Nacional (ex B Nacional) dos facciones de la barra de Chicago comenzaron a atacarse en el medio de la tribuna lo que dejó al menos dos heridos de arma blanca. Hasta ahora hay dos detenidos, uno de ellos jefe de la barra Alejandro Chana. Su hijo es el prófugo que todavía tiene la causa.
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Uno de los ejes centrales de la investigación es cómo ingresaron las armas blancas al estadio. Para la Justicia, por ahora, fue con la complicidad de algún dirigente o periodista partidario más que por un error en el cacheo al ingreso al estadio que realizó la Policía de la Ciudad. "Es inviable que estas personas sigan entrando a la cancha. Hay connivencia, sino, no pueden entrar", afirmó el fiscal general de la Ciudad, Juan Mahiques, que apuntó directamente contra el club.
Pero este no fue el único caso. Una semana atrás en Bahía Blanca el clásico de la ciudad bonaerense entre Olimpo y Villa Mitre terminó con un muerto, Sergio Castillo, con un disparo de bala que según el titular del Aprevide, Juan Manuel Lugones, no provino de parte de un efectivo policial. Nuevamente la duda sembrada en cómo los barras consiguen ingresar ese tipo de armas y evadir los cacheos en las adyacencias de los estadios.
En el caso de este enfrentamiento, las autoridades sabían de que se trataba de un “partido caliente¨ ya que en las redes sociales se vieron varias amenazas entre las barras en los días previos.
Ese mismo día en la provincia de Mendoza la barra de Independiente Rivadavia ingresó también con armas de fuego y blancas a la tribuna. Corridas y gritos ante la pasividad de la policía provincial que no intervino para buscar calmar la situación hicieron que a los 5 minutos del primer tiempo se tuviera que suspender el encuentro contra Atlanta.
“No es que hay más violencia, sino que hubo muchos cambios y las barras suelen negociar en esos momentos”, explicó un veterano investigador policial acostumbrado a lidiar con las barras. Un caso testigo es lo que sucede en quizás una de las más conocidas a nivel mundial, La 12, barra de Boca.
Allí el recambio de dirigencia y las apuestas de diferentes facciones a frentes políticos dentro del club hicieron que se vuelvan a ver muestras de disputas internas como la que sucedió a fin de año cuando Rafa Di Zeo y Mauro Martín volvieron a entrar al club en un día sin partido para hacer un asado y festejar el fin del 2019. Días después la Policía de la Ciudad frenó un intento de ataque contra Maximiliano Mazzaro, líder de la facción disidente que jugó en las elecciones con la oposición que representó en su momento el ahora presidente Jorge Ameal.
Lo cierto es que los incidentes registrados en canchas de fútbol o sus inmediaciones en las últimas semanas es otro de los ejes de la relación entre Nación y las provincias en materia de seguridad. La ministra Sabina Frederic designó al frente de la Dirección Nacional de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos a Agustín García Puga, un arquitecto vinculado a cuestiones de infraestructura de estadios.
En la provincia de Buenos Aires creen que se trata de episodios aislados y no de una “epidemia” de hechos violentos protagonizados por barrabravas. En el caso de la batalla campal en Bahía Blanca entre Olimpo y Villa Mitre, afirman ante la consulta de BigBang que la hinchada de Olimpo intentó copar la sede de Villa Mitre y tiraron un tiro para amedrentar. Allí murió Sergio Castillo, un hincha de 32 años.
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“Provincia no afloja, vamos a tener pronto presos a los responsables de lo que ocurrió en Bahía Blanca, los barras no traen nada bueno”, aseguran. Un experto en seguridad en eventos deportivos le dijo a BigBang que lo que ocurrió este fin de semana en el estadio de Nueva Chicago en Mataderos fue por el control de la barra, y le bajó el tono a posibles motivaciones “políticas” detrás de los últimos hechos violentos en las canchas.Aunque no le restan importancia a los casos, creen que no son episodios que se vinculen entre sí. “Explotaron todos juntos, pero esto se soluciona metiendo presos a los barras, no aflojando”, asegura a BigBang un hombre cercano al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. En su entorno, grafican la situación: en la Provincia se disputan alrededor de 400 partidos por fin de semana, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires - que tiene siete estadios - se juegan nueve”.
En la Provincia fue ratificado en el cargo Juan Manuel Lugones, secretario ejecutivo de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide), designado por el ex ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo, durante la gestión de María Eugenia Vidal. Lugones aún no se reunió con su par de Nación, García Puga.