En la madrugada del domingo 19 de junio el subteniente Matías Ezequiel Chirino participó de un rito de "bautismo" en la guarnición militar de Paso de los Libres, en Corrientes. Horas después, el joven de 22 años sufrió una descompensación, por la cual debió ser trasladado al hospital, donde murió. Tras la breve investigación, el padre de Chirino aseguró que a su hijo lo mataron y acusó a los oficiales del Grupo de Artinllería N.º 3 del Ejército de “abuso de autoridad”. Ahora la causa avanzó.
Hoy el Ejército Argentino se presentó ante la fiscalía federal de Paso de los Libres, en Corrientes, y radicó una denuncia para que se investigue la presunta comisión del delito de abandono de persona y la responsabilidad del personal que se encontraba a cargo cuando Chirino falleció. Por otra parte, el jefe de esa fuerza, el general de división Guillermo Pereda, se trasladó a la localidad de Holmberg para reunirse con los padres del joven.
A través de un comunicado, el Ejército informó: "El comandante de la Brigada de Monte XII, de la cual depende el Grupo de Artillería de Monte 3, se presentó ante la Fiscalía Federal de Paso de los Libres". Pero lo más importante es que la Justicia Federal de Paso de los Libres imputó a nueve oficiales del Ejército Argentino por el fallecimiento de Chirino. También ordenó la exhumación y una segunda autopsia sobre el cuerpo.
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Según informó el abogado que representa a la familia de Chirino, Enrique Novo, ahora tanto el fiscal federal Fabián Martínez como el juez federal de Paso de los Libres, Gustavo Fresneda, investigarán por presunto “homicidio simple” y “abuso de autoridad” a ocho hombres y una mujer que estaban a cargo del Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres.
Los nombres de los sospechosos son: los capitanes Claudio Luna, Rubén Darío Ruiz y Hugo Reclus Martínez Tárraga, el teniente primero Darío Martínez, los tenientes Exequiel Aguilar y Franco Grupico, los subtenientes Facundo Acosta, Gerardo Bautista y la subteniente Claudia Cayata. En diversas declaraciones de testigos que fueron tomadas por el fiscal, afirmaron que ellos forzaron a través de “órdenes abusivas” a Chirino para que tome bebidas alcohólicas y después se arroje a la pileta cuando la temperatura rondaba los tres grados. A las pocas horas, debió ser internado y falleció.
Según fuentes judiciales, en la resolución se acusa al subteniente Acosta de “arbitrariamente haber instruido a Chirino a que arribara a la unidad el día 18 de junio de 2022 -cuando previamente el segundo jefe le ordenó que debía presentarse dos días después- con el fin incito de celebrar”. Según la querella y los testimonios de los soldados Jorge Chaile y Ezequiel Rufino Meza, lo citaron para “llevar adelante lo que denominaron como 'bienvenida, bautismo y/o ritual de iniciación', al indicarle que debía invitar una cena tanto a él como sus camaradas”. Además los dos testigos denunciaron que también fueron víctimas de dichas prácticas.
En declaraciones a la prensa, el fiscal aseguró sobre el “bautismo” que terminó con la muerte de Chirino: “Lo maltrató al ordenarle que ingiriera bebidas alcohólicas y que se sumergieran a la pileta con agua sucia y a bajas temperatura, para finalmente cuando perdió el conocimiento, dejarlo en un colchón colocado sobre el suelo de la habitación, destapado y sin ningún medio de calefacción”.
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En una resolución de siete fojas, el juez Fresneda intentará determinar la responsabilidad de los imputados y esperará los resultados de la nueva autopsia, que se realizará en el instituto Médico Forense. En la primera autopsia habían determinado que el soldado sufrió una broncoaspiración, es decir, se ahogó con su propio vómito.
En una marcha en la ciudad cordobesa de Holmberg, donde vive la familia del soldado de 22 años, reclamaron por la detención de los imputados. En una entrevista, Ezequiel Chirino, el padre del joven, afirmó: “Lo obligaron a tomar alcohol en exceso, lo tienen como costumbre para quienes llegan a la unidad; esto no fue un accidente”.
Y sumó: “El mismo sábado al mediodía un teniente armó un grupo de WhatsApp y les pidió a Matías y otros compañeros que compren bebidas, todas de marca, ensaladas, postre, cigarrillos y el asado, para hacer un agasajo a otros tres tenientes que se presentaban en la unidad y que antes de la cena, tipo 22.30, lo obligaron a desnudarse y tirarse a una pileta con un frío terrible”.