Una vez más, una pésima actuación policial fue determinante en un femicidio. Esta vez, la víctima fue Elizabet Alves de Olivera, quien fue asesinada por su marido Juan Daniel Herrera.
La zona de Benavídez en la que ocurrió el crimen.
El hecho comenzó a desatarse en la medianoche en Benavídez, cuando el hombre discutió con su esposa e hijos, amenazándolos de muerte.
Fue entonces cuando Alves de Olivera decidió abandonar el hogar junto a su hijo menor, refugiándose en la casa de su hermana.
Horas después, la mujer decidió regresar a su casa para cerrarla con llave y allí volvió a encontrarse con Herrera, quien le asestó 15 puntazos en el abdomen que le provocaron la muerte.
¿Una tragedia evitable?
Horas después, Mirtha, una vecina del barrio le reveló al canal de noticias TN que llamó a la policía al escuchar la discusión previa al asesinato.
Sin embargo, los oficiales que se hicieron presentes en el hogar del matrimonio y no apresaron a Herrera, lo cual podría haber evitado la muerte de la mujer.
"Es un tipo que muchísimas veces la maltrató, los vecinos lo sabíamos, él siempre le pegaba", relató Mirtha denunciando "a los policías que vinieron a buscarlo y no se lo llevaron" y preguntándose "por qué no actuaron si vieron que estaba mal".
La hermana de Alves de Olivera coincidió con esta versión y agregó que Herrera ya la había amenazado de muerte en ocasiones previas.
Luego del femicidio, el asesino fue apresado en Garín, partido de Escobar, en la gomería donde trabajaba. El fiscal Marcelo Fuenzalida lo imputó por "homicidio triplemente agravado por haberse cometido contra su cónyuge, ensañamiento y haber mediado violencia de género".