La violencia volvió a cubrir Rosario, aunque esta vez sin el condimento narco que tan acostumbrado tiene a la sociedad en esa ciudad. Las fuerzas de seguridad buscan a Mauricio Marionsini de 33 años, quien según la investigación habría asesinado a puñaladas a su madre Tamara Marionsini de 53 y a la pareja de ella, Silvio Rubén Martini de 65.
El prófugo fue agente de Prefectura hasta hace cinco años, cuando renunció a su pertenencia a la fuerza. Luego viajó a la ciudad norteamericana de Miami y vivió allí algún tiempo. Lo buscan desde el sábado, cuando habría cometido los atroces crímenes en la casa familiar de Vera Mujica al 4800.
Para el fiscal Alejandro Ferlazzo de la Fiscalía Regional 2da, el principal motivo del crimen es económico, ya que el sospechoso tenía intenciones de que su madre venda la casa donde vivía y el local donde tenía un almacén, para poder hacerle frente a una deuda que había contraído. Por otro lado, testimonios de los vecinos afirmaron que el ex agente estaba enojado con la idea y el hecho del casamiento que tendría su mamá con su actual pareja.
La División Homicidios de la Policía de Investigaciones local halló los dos cuerpos en bolsas de consorcio y luego se encontró con los testimonios de los vecinos, que reconocieron que desde hace meses, cuando el prófugo regreso a Rosario tras algunos años en Estados Unidos, venía con actos de intimidación contra su mamá, con el fin de que acceda a vender la propiedad en la que vivía.
Justamente Tamara venía de hacerle frente a un cáncer, del cual había realizado la última quimioterapia seis meses atrás y estaba con otras perspectivas en su cabeza, luego de tal tratamiento. El casamiento con su novio era uno de esos planes, que no entusiasmaba para nada a su hijo.
Quienes declararon ante la investigación manifestaron lo extraño que les pareció que Tamara no abriera su local como lo hacía habitualmente durante la mañana del último sábado. Cerca del mediodía se acercó uno de ellos y fue atendido con Mauricio, aunque todavía con las persianas bajas. A ese hombre le avisó que su mamá se había quebrado la cadera y que su pareja la había llevado a internarse.
Aunque lo más llamativo y condenante fue que a otra vecina le ofreció una versión completamente diferente. A esta persona le advirtió que ella estaba mal tras pelearse y discutir con Silvio, y que por esa razón había preferido no abrir el almacén aquel día.
Los investigadores suponen que el celular de Tamara ya se encontraba en manos de Mauricio, luego de que una amiga de ella declarara que recibió respuestas "extrañas" desde el mismo sábado. La versión indicaba que la almacenera rechazaba las llamadas y no mandaba audios, como lo hacía asiduamente, y que las respuestas en texto carecían de gracia y buena actitud.
También especulan que el fin que tuvo Mauricio fue el de esconder los cadáveres. Es que cuando cerca de las 18:50 llegó el primer móvil del Comando Radioeléctrico local, este huyó por el patio con una mochila preparada y, especulan, con dinero de su madre.
La relación entre ambos venía muy complicada. "Ya era raro que esté acá, porque en diciembre le había mordido la cara a ella. Había habido un quilombo bárbaro porque él no quería que se casara. Estaba enfermo, consumía mucho, antes era un pibe muy bueno y se podía charlar", detalló una de las amigas de Tamara a Radio 2.