21 Enero de 2018 12:00
“Imperturbable”. Esas fueron las palabras de quienes asistieron a la primera audiencia en la que Nahir se negó a ampliar su declaración. La querella y el fiscal la describieron como una joven fría y sin signos de remordimiento, pese a que sólo dos días atrás había confesado la autoría del homicidio de Fernando Pastorizzo, con quien mantenía un tormentoso vínculo sentimental desde hacía cinco años.
Nahir Galarza permanece detenida tras confesar el asesinato de su novio, Fernando Pastorizzo.
Es estudiante de abogacía. Tiene 19 años y un promedio perfecto. Jugaba al hockey y estaba dentro del podio de las goleadoras. Su cuenta de Instagram desbordaba de fotos hot en la que hacía alarde de su trabajada figura, para la que dedicaba todas las mañanas de su vida en un gimnasio.
Así se mostraba Nahir durante la primera audiencia frente a los padres de Fernando
Era, para el afuera, la “hija perfecta”. Sin embargo, aquella adolescente prodigio es la misma que remató el 29 de diciembre de dos balazos a Fernando. El primero por la espalda y luego uno en el centro de su frente. Abandonó con frialdad la escena del crimen. Regresó a su casa. Dejó el arma reglamentaria de su padre sobre la heladera y se fue a dormir, como si nada hubiera sucedido.
Fernando había intentado dejarla. Iba a cumplir 21 años en pocos días.
Laura Quiñones Urquiza, diplomada en criminología criminalística y especializada en técnicas de perfilación criminal, brindó al diario El Día de Gualeguaychú un acercamiento al perfil verdadero de Nahir, aunque aclaró: “Los únicos que pueden darlo a rajatabla y con la idoneidad suficiente son aquellos psicólogos y psiquiatras que se sientan frente a ella”.
Así abandonaba Nahir la escena del crimen
“Se trata de alguien que no desea perder el control. Que no está dispuesto a confrontar con la víctima. Que no está dispuesto a acercarse a la hora de matar. Tiene el control de la escena, pero no desea arriesgarse, porque acercarse a la víctima conlleva un riesgo grave, que sería su inesperada respuesta; entonces cuando se saben más débiles no se acercan”, explicó.
La primera imagen de Nahir tras su detención.
La escena del crimen no pasó inadvertida por la especialista. Una calle oscura, de tierra, poco transitada y a pocas cuadras de la casa de su abuela a donde Fernando la llevaba en moto. “La oscuridad del lugar también me habla de cierto escenario que más o menos propicia la comisión de este delito. Porque no es un día a la mañana donde pasa gente. Ahí se observa alguien que no desea perder el control. Tiene control de la situación. Conoce las vías de escape. Que ha estado allí antes”.
El lugar en el que Nahir asesinó a Fernando
“Conoce la diferencia entre el bien y el mal. Por eso hay un escape, un ocultamiento. Por eso hay una respuesta a un llamado de teléfono de la madre de la víctima al cual dice 'yo no sé nada'. Posterior al hecho hay una continuación de la simulación, para tratar de desviar la investigación para situarla lejos de ella”, añadió.
Así encontraron el cuerpo de Fernando en la madrugada del 26 de diciembre.
El carácter posesivo descripto por los amigos de Fernando y evidenciado en los mensajes que le envió en los días posteriores a la ruptura y anteriores al homicidio dista de la “frialdad” con la que parece moverse cada vez que tiene una cámara delante.
Fernando a un amigo: "Nahir empezó a dar la cabeza contra la pared y ahí casi me desmayo"
“A veces uno confunde lo que es la frialdad. Si se diera el caso que ella mató por celos, hay un sentimiento y de frialdad no tiene nada. No es una persona fría. Por lo general, a algunas personas uno los ve fríos a la hora de matar o que no muestran remordimiento y es porque en sus cabezas piensan que lo que hicieron era justo y que tendrían que haberlo hecho hace mucho tiempo, y que hacerlo acabó con algo que les traía mucho displacer o mucha preocupación; y lo que hicieron fue un acto de reivindicación. Si uno mata por celos lo que no tiene es indiferencia precisamente”.
Nahir, "imperturbable" tras la primera audiencia.
Por último, Quiñonez Urquiza analizó el destapado perfil de la joven en Instagram y señaló que no se condice con la represión psicológica que manifiestan aquellas mujeres que, tal como intentó instalar la defensa de Nahir, padecen violencia de género.
El perfil que mantenía en Instagram no se condice, según los especialistas, con una víctima de violencia de género.
“Por lo general una víctima de violencia de género tiene vergüenza, tiene el ego por el suelo. Entonces le resulta opuesto a lo que siente expresarse con fotos hot, por ejemplo en Instagram. Si estás en una relación violenta con un hombre que es tu pareja o ex pareja lo primero que ocurre es que la autoestima no existe. Entonces no tienes ese brillo, esas ganas, ese impulso de mostrarte. Te sientes realmente una basura. Porque el otro te instala en un lugar de nada. En el lugar de objeto”.