17 Noviembre de 2019 12:20
La causa por la muerte del mago Leonardo Fernández, más conocido como “Alex”, y su pareja Jéssica Alberti Cigola el pasado 24 de octubre sigue sumando novedades. Ahora no sólo se conoció con el resultado de la autopsia que el ilusionista falleció después de recibir 22 golpes en la cabeza con un caño industrial, sino que además los días previos sus propios homicidas intentaron que participe de una estafa.
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De acuerdo a la autopsia, Fernández murió por los 22 golpes que recibió en la cabeza con un caño industrial con un bulón en la punta durante 7 a 10 minutos, que le provocaron doble fractura de cráneo. Mientras que a su pareja le cortaron tres veces el cuello, con un cuchillo sin filo, y le hicieron estallar a trompadas el ojo izquierdo, entre otras graves lesiones. Ambos estaban arrodillados al momento de su muerte y tenían fracturada la nariz.
De las tres puñaladas que recibió en la zona del cuello,sólo una fue mortal: la que le cortó la arteria aorta y provocó que sus pulmones se llenaran de sangre. Tenía varios golpes en la cara y uno de ellos fue el que le provocó el estallido del globo ocular izquierdo.
Una serie de mensajes que Fernández le envió a uno de los detenidos, Rubén Grasso, hacen pensar a los investigadores que este último quería que el mago participara del negocio de compras con tarjetas de créditos robadas como también de la falsificación de dólares que comenzaba a llevar a cabo.
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Es que Grasso, junto a otros dos detenidos del caso, Roberto Alegre y Alexis Miguel Bonnet, estaba inmerso en la falsificación de billetes y justamente ese “negocio” era el que iba a proponerle a “Alex” en la madrugada del 24 de octubre. "Este fue el motivo por el que el mago fue esa noche a la casa de esta gente. Fue a llevar un negocio alternativo a la venta de drogas, que era la falsificación de dólares", dijo a Télam una fuente del caso, que es investigado por el fiscal Alejandro Musso.
Los mensajes macabros
Gracias al peritaje de los teléfonos celulares del mago, cuyo contenido publicó hoy el diario La Nacion, como también de los detenidos, el fiscal Musso además de comprobar la intención de los homicidas de ofrecerle un negocio ilegal al ilusionista también pudieron conocer los pormenores de la relación entre él y Cigola. "Traeme un cuchillo. No la soporto más", le escribió Fernández a Grasso ante el estado de salud de su novia, una adicta a la cocaína en recuperación. Es que en varios chats él se quejaba de los problemas que le ocasionaba la enfermedad de su pareja y la imposibilidad que tenía para dejarla.
